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Ya se llevan adelante los ensayos en humanos de una vacuna más barata y eficaz contra la neumonía

Publicado em 02 abril 2020

Se estima que existen en el mundo más de 90 serotipos de S. pneumoniae, bacteria que, amén de neumonía, causa enfermedades tales como meningitis, otitis y sinusitis. Los serotipos se definen con base en la combinación de polisacáridos presente en la cápsula que recubre al microorganismo. En las vacunas convencionales, esta combinación de moléculas determina al antígeno que, cuando se lo introduce en el organismo, induce la formación de anticuerpos. En tanto, el producto desarrollado en el Butantan es capaz de activar la respuesta inmune independientemente del serotipo de la bacteria.

“Producimos la bacteria sin cápsula en cultivo celular y empleamos una técnica especial para matarla sin que se desintegre. De este modo, la propia bacteria inactivada puede administrarse como vacuna. Asimismo, detectamos la presencia de proteínas inmunogénicas [que activan una respuesta inmunológica] comunes a todos los serotipos”, dijo.

En un artículo publicado recientemente en la revista Expert Review of Vaccines, Cezar de Cerqueira Leite y sus colaboradores ponen de relieve la importancia de desarrollar una vacuna contra la neumonía que sea accesible y que funcione para todos los serotipos de S. pneumoniae.

“En el caso específico de la neumonía, la insistencia en la inclusión de nuevos serotipos en vacunas conjugadas solo incrementa la complejidad y los costos de producción, lo cual hace que esas vacunas, que de por sí son caras, se vuelvan menos accesibles todavía para los países en desarrollo como Brasil”, dijo.

Cezar de Cerqueira Leite explica que las vacunas neumocócicas conjugadas disponibles actualmente protegen contra entre 10 y 13 serotipos de la bacteria. Una versión no conjugada comprende 23 serotipos, pero no es eficaz en niños, por eso se la aplica más entre adultos.

“La primera generación de vacunas conjugadas era eficaz contra los siete serotipos más prevalentes en Europa y en Estados Unidos [7-valente]. Sin embargo, como la prevalencia varía de una región a otra, no exhibía una cobertura muy buena para Brasil. Abarcaba únicamente alrededor del 60%”, dijo.

Con el tiempo, la capacidad de conjugar cepas variadas fue aumentando y surgieron las versiones 10-valente y a 13-valente. “Pero existe un problema en esa estrategia. Cuando se saca de circulación a las bacterias de un determinado serotipo, otras cepas [con distintos serotipos] van surgiendo naturalmente y el agente inmunizante pierde eficacia. Es la llamada sustitución serotípica”, añadió.

Aparte de tener una acción más abarcadora, la vacuna celular desarrollada en el Butantan no adolece del problema de la sustitución serotípica. Otra ventaja de esta, de acuerdo con Cezar de Cerqueira Leite, radica en su precio. “Si bien es difícil definir valores antes de que el agente inmunizante cuente con la aprobación y empiece a producírselo, se estima su precio en alrededor de 2 dólares. Actualmente, la vacuna polisacarídica [13-valente] cuesta alrededor de 60 dólares en la red privada y 15 dólares en el Sistema Único de Salud [el SUS, la red nacional pública de salud de Brasil]”, dijo.

La disminución del precio está vinculada con la menor complejidad del proceso productivo. “Para producir la vacuna 13-valente, es necesario elaborar en cultivo cada uno de los 13 distintos serotipos, y luego purificar cada una de las variaciones bacterianas para obtener los polisacáridos. El hecho de que sea una vacuna conjugada requiere a su vez que se concrete una reacción entre el polisacárido y una proteína transportadora. Son varias etapas, es sumamente trabajoso y el proceso entero tarda casi dos años”, dijo.

En tanto, el nuevo agente inmunizante puede producirse en dos meses, de acuerdo con Cezar de Cerqueira Leite.

Ya se han concluido la primera (el análisis de seguridad y toxicidad) y la segunda fase (análisis de inmunogenicidad) de los ensayos clínicos. “Pretendemos repetir la segunda fase en otro lugar, en Estados Unidos. En esta etapa se compara el tipo de respuesta inmune inducida en poblaciones de distintos países”, dijo.

La tercera fase de los ensayos clínicos, aún sin fecha de comienzo, abarca a una cantidad mayor de personas, y en ella se testea efectivamente la eficacia de la vacuna mediante la comparación entre una población inmunizada y otra a la cual se le aplica únicamente un placebo. (Fuente: AGENCIA FAPESP/DICYT)