Estudios realizados con ratones demostraron que la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por investigadores del Laboratorio de Inmunología del Instituto de Medicina Tropical de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FMUSP) es segura y eficaz para inducir la respuesta inmune. respuesta contra el patógeno y proteger a los roedores de la infección. Los resultados fueron publicados en la revista Scientific Reports .
“Generalmente, cuando hablamos de vacunas pensamos en la inoculación de un virus atenuado o inactivado. Sin embargo, estamos utilizando una estrategia más moderna que nos permite priorizar, además de la eficiencia y la seguridad, una mayor plasticidad de la formulación, es decir, una actualización más fácil frente a variantes de preocupación”, afirmó Gustavo Cabral de Miranda , investigador responsable del proyecto. que cuenta con el apoyo de la FAPESP .
La estrategia utilizada por el grupo de investigación de la FMUSP para desarrollar la vacuna se basa en el uso de partículas similares a virus (VLP ). “Esta categoría de proteína viral tiene características similares a las de un virus, pero sin material genético. Esto significa que, si bien las VLP son reconocidas por el sistema inmunológico, no presentan riesgo de replicarse o causar la enfermedad”, dice Cabral.
El investigador explica que la VLP puede ser la vacuna por sí sola o, como en el caso de la formulación que se está desarrollando, unirse a un antígeno, una proteína que activa el sistema inmunológico, provocando que produzca anticuerpos. “En condiciones específicas de laboratorio, estas proteínas estructurales de superficie tienen la capacidad de autotransformarse en VLP. Luego, se pueden producir en laboratorios utilizando bacterias que actúan como minifábricas, estimulando esta autotransformación. Un segundo paso es inocular el antígeno, en el caso del COVID-19, la proteína de pico. Esto facilita mucho todo el proceso, permite una mayor flexibilidad y además abarata el desarrollo de la vacuna”, afirma el investigador.
Otra ventaja de la vacuna contra la COVID-19, destacada por Cabral, es la necesidad de adyuvantes, sustancias que potencian la respuesta inmune. “En este trabajo, tanto de pruebas in vitro como in vivo , armamos estrategias para intentar abaratar la formulación, utilizando la menor cantidad posible de productos que no fueron desarrollados en el laboratorio. Tanto es así que el inmunizador no necesita adyuvante”, afirmó.
El investigador explica que en una formulación de vacuna, además del material que forma parte o imita al virus –en este caso las VLP– se necesitan varios otros compuestos para estimular la respuesta inmune. Entre ellos, los principales son los adyuvantes. El adyuvante más común es el hidróxido de aluminio, una sal que se ha utilizado durante más de cien años en el desarrollo de vacunas en todo el mundo. “Montar una tecnología autoadyuvante (que no necesita estos compuestos) nos da la posibilidad de escapar de la dependencia de empresas que producen adyuvantes, además de abaratar la formulación”, afirmó.
El grupo de investigadores de la FMUSP también pretende producir conocimiento para aprovechar una plataforma tecnológica útil para el desarrollo de diferentes vacunas. “Esto se debe a que la tecnología VLP es muy flexible y nos permitió, por ejemplo, simplemente eliminar el antígeno (en este caso un trozo de la proteína del SARS-CoV-2) y reemplazarlo con una proteína del virus Zika. Este no es sólo un caso hipotético, sino algo que también estamos desarrollando en nuestro laboratorio. Por supuesto que no es tan sencillo, pero es posible crear una plataforma para desarrollar una serie de vacunas utilizando esta tecnología”, dijo Cabral.
El artículo "Una vacuna Covid-19 autoadyuvada basada en VLP demuestra ser versátil, segura y altamente protectora" se puede leer en: https://www.nature.com/articles/s41598-024-76163-w .
María Fernanda Ziegler. Traducción Programa INFOCIENCIA