Un grupo de investigadores de Brasil desarrollaron una vacuna contra el COVID-19 en forma de spray nasal, una alternativa de bajo costo que ha mostrado «resultados exitosos» para proteger contra las diversas variantes del virus a los animales.
“Las pruebas preliminares con dos dosis de prototipos del antígeno permitieron la generación de altas cantidades de anticuerpos neutralizadores en ratones de laboratorio”, dio a conocer la Fundación de Apoyo a la Investigación en el Estado de Sao Paulo (Fapesp), entidad pública que financia el proyecto.
Los investigadores esperan conseguir este mismo año la autorización para las pruebas clínicas en humanos y dar inicio a esta etapa de estudios en el 2022. El objetivo es determinar la seguridad y la eficacia del producto lo más pronto posible.
Según los responsables de la vacuna, las principales ventajas del spray son su fácil aplicación y la rapidez con la que puede generar inmunidad local en la nariz, en la orofaringe y en los pulmones. Además, esta posible vacuna brasileña es de bajo costo y proporcionaría protección prolongada, incluso contra las diferentes variantes del coronavirus.
Esta vacuna es resultado de un proyecto en el que participan investigadores de la Universidad de Sao Paulo (USP), la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp) y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), mayor centro de investigación en salud de América Latina y dependiente del Ministerio de Salud.
“Las vacunas inyectables son muy buenas para inducir la inmunidad sistémica, incluso en los pulmones, pero no son especialmente buenas para generar una respuesta protectora en la región nasal y en la orofaringe”, indicó Edecio Cunha Neto, investigador de la USP y uno de los responsables por el proyecto.
“Las actuales vacunas son excelentes y fueron desarrolladas en tiempo récord, pero ahora necesitamos de un inmunizante de segunda generación capaz de resolver problemas que aparecen durante la inmunización y de servir como refuerzo a las inyectables”, añadió Cunha Neto.
Para desarrollar una vacuna capaz de proteger contra las diferentes variantes del nuevo coronavirus, los investigadores usaron un antígeno que tiene como componente la proteína S (spike) de diferentes cepas ya identificadas. Precisamente, esta proteína es la que conecta el virus con las células humanas y la que más ha experimentado mutaciones.
Fuente: agencia.fabesp.br