Hay datos consistentes sobre la asociación del uso de dispositivos electrónicos con el dolor lumbar y de cuello, pero hasta ahora se desconocía que, en adolescentes, el uso de tres horas diarias del teléfono móvil se traduce en dolor de espalada.
El hallazgo es de un estudio longitudinal que aparece en Healthcare. En él, se analizaron datos de 2.185 estudiantes de secundaria de 13 a 18 años. Concluye que el problema afecta más a las chicas y se asocia con la inactividad física y el bajo rendimiento académico.
Dirigido por el investigador Alberto de Vitta, de la Universidade do Sagrado Coração (USC), en Bauru, São Paulo, sus objetivos eran determinar la prevalencia e incidencia del dolor de espalda, caracterizando su patrón de ocurrencia-frecuencia, intensidad, duración, localización y severidad en jóvenes adolescentes, así como el cambio en estas respuestas a los seis y 12 meses.
Estos científicos también querían analizar en este trabajo, financiado por la Fundación de Investigación de São Paulo (FAPESP), la asociación entre el comportamiento del dolor de espalda y las variables demográficas, antropométricas, actividades sedentarias (tiempo frente al televisor, ordenador, tableta o móvil) relacionadas con el estilo de vida (tabaquismo y nivel de actividad física), morbilidad, nivel de información sobre factores ergonómicos, psicosociales y la flexibilidad y los cambios en estas respuestas en seis y 12 meses.
En las conclusiones figura que estos científicos identificaron varios factores de riesgo para la salud de la columna, como mirar pantallas durante más de tres horas al día, la proximidad de los ojos a la pantalla, y sentado o acostado sobre el estómago.
Adolescentes y móvil durante la pandemia
El estudio se centró en el dolor de la columna torácica (TSP), que se encuentra en la parte posterior del pecho, principalmente entre los omóplatos, y se extiende desde la parte inferior del cuello hasta el comienzo de la columna lumbar.
Los datos analizados provienen de encuestas realizadas a estudiantes de ambos sexos, de 14 a 18 años, de primero y segundo año de enseñanza media en Bauru, una ciudad de tamaño medio del estado de São Paulo.
Un cuestionario de referencia se completó en los meses de marzo a junio de 2017 por un total de 1.628 voluntarios, de los que 1.393 completaron un cuestionario de seguimiento al año siguiente.
El análisis demostró una prevalencia de un año de 38,4 % (la proporción que reconoció TSP tanto en la línea de base como en el seguimiento) y una incidencia de un año del 10,1 % (nuevos TSP detectados solo en la encuesta de seguimiento).
Estos investigadores subrayan que el dolor de la columna torácica es común en diferentes grupos de edad de la población general en todo el mundo, con una prevalencia que oscila entre el 15 % y el 35 % en adultos y entre el 13 % y el 35 % en niños y adolescentes.
En su opinión, el crecimiento explosivo en el uso de dispositivos electrónicos durante la pandemia de Covid-19 claramente empeoró el problema. Recuerdan también que los factores de riesgo asociados a la TSP son físicos, fisiológicos, psicológicos y conductuales, según varias investigaciones.
Y existe fuerte evidencia de los efectos de la actividad física, hábitos sedentarios y trastornos mentales en la salud de la columna. Todos estos factores son considerados críticos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su última revisión global de evidencia y pautas.