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Programa InfoSalud (Argentina)

Un seminario debatió estrategias y desafíos enfrentados por los países latinoamericanos durante la pandemia (2 notícias)

Publicado em 27 de outubro de 2021

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Agencia FAPESP ( Brasil )

Maria Fernanda Ziegler. Traducción Programa INFOCIENCIA

Además de provocar un número elevado de muertes, la pandemia de Covid-19 agravó desigualdades y fragilidades ya existentes en el continente americano. Por otro lado, aceleró el ritmo de la investigación científica. Ante los desafíos impuestos por la crisis sanitaria, gobiernos, agencias de fomento y academias, debieron organizarse para desarrollar rápidamente respiradores y equipamientos de protección individual, así como readecuar sistemas de salud y testear medicamentos y vacunas.

Algunas de estas experiencias se están presentando en una serie de tres talleres organizados por FAPESP, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt, Paraguay) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la República Argentina (Conicet). La iniciativa, que tiene como objetivo crear un espacio para que los científicos discutan sus investigaciones con colegas de países vecinos, fomentar la colaboración internacional y fortalecer las redes interinstitucionales en las Américas, fue concebida en el ámbito del Global Research Council (GRC), el organismo que integra a los jefes de las principales agencias de financiación de la investigación del mundo.

En el primer encuentro, el 13 de octubre, se discutió la investigación en sistemas de salud. Las próximas, el 10 y 11 de noviembre, abordarán las estructuras de investigación y educación, respectivamente. Las discusiones se basan en la Agenda de Investigación de las Naciones Unidas para la Recuperación Post COVID-19 (United Nations Research Roadmap for the COVID-19 Recovery).

“Autoridades de la OMS [Organización Mundial de la Salud] señalaron que la responsabilidad de las agencias de financiamiento en COVID-19 no fue coordinada suficientemente a tiempo. Esto resalta la necesidad de establecer vínculos más fuertes que brinden mecanismos e iniciativas colaborativas en todas las regiones. Y es precisamente la interacción entre las necesidades regionales y globales que van más allá de la actual crisis del COVID-19 lo que queremos discutir entre compañeros científicos de las Américas”, dijo Luiz Eugênio Mello, director científico de FAPESP, en la inauguración del taller.

La experiencia chilena en el manejo del nuevo coronavirus fue presentada por Alexis M. Kalergis, director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia y profesor de la Universidad Católica de Chile. Según él, la pandemia mostró lo importante que es que los países sean autónomos en la producción de agentes de inmunización. “En América Latina, solo Argentina, Brasil, Cuba y México producen vacunas. En Chile estamos iniciando un proyecto para producirlas también”, dijo.

En el país andino, una antigua alianza con la farmacéutica china Sinovac para la compra de inmunizaciones contra la hepatitis favoreció las negociaciones y fusionó la adquisición de CoronaVac. El avance en la contratación de vacunas fue fundamental para que Chile obtuviera una tasa de más del 88% de su población completamente inmunizada, una de las más altas del mundo.

Kalergis dijo que se creó un consorcio, que involucra al gobierno y academia, para evaluar las vacunas. “La realización de pruebas de fase 3 en Chile, para el desarrollo de CoronaVac, nos permitió publicar tres artículos científicos y transferir tecnología al país. También pudimos realizar una investigación importante sobre la efectividad de la vacuna en el mundo real y contrastar con los resultados obtenidos en los estudios de fase 3. Además, iniciamos una investigación que permitió aprobar el uso de la vacuna en niños [de 6 meses a 16 años]”, dijo.

Angélica Jiménez de Samudio, profesora de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción, informó que en Paraguay se realizó un gran estudio multicéntrico, el más grande jamás realizado en el país, para probar la ineficacia de medicamentos como la ivermectina y hidroxicloroquina.

La experiencia brasileña fue presentada por André Brunoni, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo (FM-USP) que coordinó una encuesta sobre salud mental durante la pandemia. El trabajo se llevó a cabo en la capital paulista, con 2.117 empleados y jubilados de la USP entre 50 y 80 años. Los participantes son parte de un estudio nacional, conocido como ELSA Brasil, que ha estado monitoreando la salud de 15.000 empleados públicos de seis universidades y centros de investigación del país desde 2008. El estudio fue apoyado por FAPESP y buscó comparar el estado mental de esta población antes y durante la pandemia, tanto en individuos sanos como en aquellos con ansiedad y depresión (leer más en: agencia.fapesp.br/35932/).

“No encontramos diferencias en la prevalencia de trastornos mentales antes y después de la pandemia. De hecho, hubo una disminución de los síntomas. Sin embargo, un grupo específico de encuestados, que corresponde a casi el 50% de la cohorte, mostró un aumento. Como se trata de un proceso dinámico, creemos que tal vez estas tasas cambien a lo largo de los años”, dijo Brunoni.

Sistemas de salud

Los avances en el sistema de salud argentino fueron presentados por Silvia Kochen, directora de la Unidad de Neurociencias y Sistemas Complejos (Enys) y del Centro de Epilepsia del Hospital Ramos Mejía. Dijo que se creó una red con información sobre la disponibilidad de camas en los hospitales de la región de Buenos Aires y también sobre los pacientes hospitalizados por COVID-19.

“Esto aportó agilidad, posibilitó obtener datos sobre la evolución de la enfermedad y permitió identificar problemas en el sistema de salud. En Argentina, como en Brasil y otros países de América Latina, el sistema de salud pública es robusto, aunque con problemas. La pandemia mostró la importancia de reforzarlos”, opinó.

César Munayco, director del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Perú, dijo que investigadores de su país preveen la llegada de una epidemia de anemia infantil como una de las consecuencias del COVID-19. Alrededor del 40% de los niños peruanos padecen el problema nutricional, una prevalencia considerada alta. Para Munayco, el problema fue la reducción de la suplementación con hierro durante la pandemia.

“Eso significa que tendremos un gran problema en el futuro cercano. Necesitamos comprender cuál será el impacto en la vida de las personas y en el sistema de salud. De momento todavía estamos enfocados en lidiar con la presión que el COVID-19 ha causado en el sistema de salud, pero esta no es la única enfermedad que tenemos que enfrentar”, dijo.

Según Munayco, en su país existe una gran preocupación por las personas con factores de riesgo -como obesidad, hipertensión, diabetes y otras enfermedades crónicas- que no tuvieron acceso a los sistemas de salud durante la emergencia sanitaria. “Se les cerraron las puertas del hospital. Ahora estamos realizando un estudio sobre los determinantes sociales de la salud y el impacto de las desigualdades. La idea es utilizar esta información para enfrentar futuras pandemias”, dijo.

En tanto en México, también muy afectado por el COVID-19, la unión entre los centros de salud, la academia y una agencia estatal permitió al país desarrollar los primeros ventiladores mecánicos nacionales en un tiempo récord.

“Al comienzo de la pandemia, enumeramos soluciones que podríamos desarrollar en hasta tres meses. En el caso del sensor de temperatura corporal, ventiladores mecánicos, equipos de protección personal y pruebas, pudimos trabajar en conjunto con la industria, gobierno y hospitales, logrando desarrollar rápidamente estos insumos”, dijo Israel Mejía, director del Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (Cidesi, México).

A la versión íntegra del primer encuentro de la serie "Webinar Científico Regional Americano en Covid-19" se accede en: www.youtube.com/watch?v=7zmrIajJQTc&t=8s.