Personas que pasaron por un trasplante de hígado y luego contrajeron Covid-19 tuvieron una recuperación más rápida y proceso inflamatorio mucho menor que los trasplantados de corazón o riñón. En algunos casos, esos pacientes evolucionaron aún mejor que individuos no trasplantados. Así se constató en un estudio conducido en el Hospital de Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo (HC-FM-USP), publicado en la revista Transplantology.
Los investigadores analizaron la evolución de COVID-19 en 39 receptores de órganos. De este total, 25 recibieron trasplantes de riñón, siete de corazón y siete de hígado. Los datos se compararon con otros 25 pacientes con COVID-19 no trasplantados (grupo control), emparejados por edad y sin comorbilidades. Todos los participantes del estudio fueron monitoreados diariamente en busca de biomarcadores de infección por SARS-CoV-2 para poder monitorear la progresión de la enfermedad. Los voluntarios se dividieron por órgano recibido, edad y tiempo desde el trasplante.
“Una hipótesis de esta desigual evolución de la enfermedad entre los trasplantados puede radicar en la diferente cantidad de inmunosupresores utilizados para que el órgano no sea rechazado”, afirma Ricardo Wesley Alberca, becario postdoctoral y autor del artículo, a la Agencia FAPESP.
El investigador explica que los trasplantes de corazón y riñón requieren un mayor uso de fármacos inmunosupresores que los trasplantes de hígado, por ejemplo. “Así, además de señalar que no todos los pacientes trasplantados reaccionan por igual al COVID-19, nuestro estudio apunta a la posibilidad de probar ciertos inmunosupresores en el tratamiento del COVID-19, no necesariamente en pacientes trasplantados”, dice la investigadora.
Alberca enfatiza, sin embargo, que la probable relación entre la cantidad de inmunosupresores y la evolución de COVID-19 entre los receptores de trasplantes es solo una hipótesis que aún necesita ser investigada más a fondo.
“Estos pacientes reciben diferentes tratamientos de inmunosupresión. Los receptores de trasplantes de riñón y corazón reciben una inmunosupresión mucho mayor que los receptores de trasplantes de hígado. De hecho, un grupo de investigadores de fuera de Brasil está realizando un ensayo clínico con una conocida inmunosupresión que se utiliza en pacientes de hígado”, dice.
La hipótesis de los investigadores de FM-USP es que una inmunosupresión leve durante la infección por SARS-CoV-2 podría eventualmente traer buenos resultados para el paciente. “Esto aún debe investigarse, pero en teoría esta inmunosupresión podría ser beneficiosa en casos de hiperactivación del sistema inmunológico, como ocurre en la llamada tormenta de citoxinas típica del COVID-19 severo. En estos casos, el organismo responde de manera exagerada a la infección y esta eventualmente termina siendo letal para los pacientes”, dice.
Grupo de riesgo
Desde el comienzo de la pandemia, los pacientes con comorbilidades, los ancianos y los receptores de trasplantes se han identificado como grupos de riesgo para la forma grave de COVID-19. Sin embargo, debido a que los trasplantados forman un grupo muy específico en la población general, se han realizado pocos estudios con ellos y, en general, sin investigar el efecto de la enfermedad en trasplantados de diferentes órganos.
El estudio de la FM-USP es parte de una investigación epidemiológica más amplia que analizó a más de 500 pacientes con COVID-19 ingresados en el Hospital de Clínicas en el primer semestre de 2020. El trabajo cuenta con el apoyo de la FAPESP y también cuenta con el apoyo de la Coordinación de Mejora de Personal de Educación Superior (Capes).
Los investigadores también evaluarán la infección por SARS-CoV-2 en personas que están en tratamiento con inmunosupresores o inmunomoduladores, como pacientes con psoriasis, dermatitis atópica o aquellos que toman antirretrovirales (portadores del VIH).
"Estamos evaluando el impacto de diferentes comorbilidades en la respuesta inmune frente al COVID-19 y esperamos, con el estudio, obtener un mayor conocimiento de la inmunopatogénesis del COVID-19 en asociación con enfermedades o afecciones que requieran tratamiento con inmunosupresores, como en el caso de los trasplantes de órganos”, dice Maria Notomi Sato, profesora de la FM-USP.
El estudio, que involucra a investigadores del Laboratorio de Investigaciones Médicas 56 (LIM-56) de la FM-USP y otras instituciones como el Instituto Adolf Lutz, el Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB-USP) y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), también busca evaluar posibles tratamientos para el síndrome inflamatorio causado por el nuevo coronavirus.
El artículo "COVID-19 Severity and Mortality in Solid Organ Transplantation: Differences between Liver, Heart, and Kidney Recipients" (doi: 10.3390/transplantology2030030), de Ricardo Wesley Alberca, Gabriela Gama Freire Alberca, Lucas Chaves Netto, Raquel Leão Orfali, Sarah Cristina Gozzi-Silva, Alberto José da Silva Duarte, Valeria Aoki, Maria Notomi Sato y Gil Benard, puede leerse en www.mdpi.com/2673-3943/2/3/30.