La práctica de musculación por ancianos puede promover la disminución de grasa corporal y ganancia de fuerza y masa muscular, contribuyendo a la autonomía funcional y la reducción del número de caídas, lesiones y fracturas. Asimismo, estudios recientes han demostrado que el entrenamiento de fuerza puede beneficiar también la salud mental de la población anciana, sobretodo en los casos de individuos que presentan trastornos de ansiedad y depresión.
Estos beneficios fueron confirmados por un estudio publicado en la revista Psychiatry Research, en el que se revisaron sistemáticamente más de 200 artículos sobre el tema. El análisis fue realizado por Paolo Cunha, becario de posdoctorado de la FAPESP en el Instituto Israelita de Enseñanza e Investigación Albert Einstein (Iiepae).
“El ejercicio de resistencia ha demostrado ser una de las mejores estrategias no farmacológicas para un envejecimiento saludable, promoviendo numerosos beneficios para la salud en general, incluida la mejora de la salud mental”, afirma Cunha.
Según el investigador, los resultados encontrados son muy promisorios. Además de mejorar los síntomas de depresión y ansiedad en la población general, el entrenamiento con pesas parece tener un mayor efecto en personas que tienen un diagnóstico confirmado de trastornos de ansiedad y depresión.
“Estudios epidemiológicos han revelado que la reducción de la fuerza y la masa muscular, eventos naturales asociados al envejecimiento, pueden estar asociados con un aumento de los problemas de salud mental, ya que existen varios mecanismos fisiológicos que provocan cambios funcionales y estructurales y que están controlados por el cerebro. ”, señala Cunha.
El investigador también destaca otro beneficio importante para la salud mental: cuando se realiza en grupo, el entrenamiento con pesas permite una mayor interacción social entre los practicantes.
Entrenamiento recomendado
La investigación también reveló las mejores formas de estructurar el entrenamiento para mejorar la salud mental. “La forma en que se realiza parece influir en los resultados obtenidos. La información producida hasta el momento sugiere que la opción ideal para este público y este propósito es practicar entrenamiento con pesas tres veces por semana, con tres series de cada ejercicio y sesiones no demasiado largas: aparentemente seis ejercicios son suficientes. Haz menos, pero hazlo bien: una serie corta trae más resultados. Esta información es muy relevante, ya que aún no existe una guía con recomendaciones específicas para el entrenamiento de fuerza enfocadas en parámetros de salud mental”, dice Cunha.
Aunque existen muchas posibilidades de variación en la forma en que se prescriben los programas de entrenamiento de resistencia para la salud, la autonomía y la calidad de vida de las personas mayores, la mayoría de estos programas resultan en una mejora de los síntomas de ansiedad y depresión, directa o indirectamente, independientemente de la intensidad. y el volumen aplicado a la formación, destaca Edilson Cyrino, profesor de la Universidad Estadual de Londrina (UEL), investigador responsable del estudio y coordinador del Estudio Longitudinal de Envejecimiento Activo, proyecto iniciado en 2012 con el objetivo de analizar el impacto de la entrenamiento de resistencia sobre parámetros relacionados con la salud de las mujeres mayores.
Otro punto observado por los investigadores fue que el uso de equipos de entrenamiento con pesas parece ser más beneficioso para la salud mental que los métodos de ejercicio de resistencia que implican el uso de bandas elásticas o el propio peso corporal, por ejemplo. “Aunque no existen datos estadísticos que comparen los dos tipos de entrenamiento, la prescripción de ejercicios de resistencia con el uso de aparatos resultó más adecuada, proporcionando un mejor resultado sobre la salud mental de los ancianos, considerando que es posible controlar mejor la intensidad y el volumen del ejercicio”, dice Cunha.
En el artículo, los investigadores destacan que, a pesar de la indiscutible relación entre la musculación y la salud mental, todavía quedan importantes lagunas por cubrir. "En general, la mayoría de los estudios se han realizado con pocos voluntarios, lo que dificulta entender cómo se produce este fenómeno y cuáles serían los principales mecanismos implicados. Por tanto, esta es un área de investigación que ha ido ganando terreno en los últimos años y que aún queda mucho por hacer", concluye Cunha.
Actualmente el investigador desarrolla un proyecto en colaboración con el Grupo de Investigación en Intervenciones Clínicas y Enfermedades Cardiovasculares (Gepicardio) del Hospital Israelita Albert Einstein con el objetivo de analizar el impacto del sedentarismo prolongado en la disfunción vascular y la reducción de la función cognitiva en los ancianos.
El artículo “¿Puede el entrenamiento de resistencia mejorar los resultados de salud mental en adultos mayores? Se puede leer una revisión sistemática y un metaanálisis de ensayos controlados aleatorios” puede leerse en: www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0165178124000337?via%3Dihub.
Agencia FAPESP ( Brasil ) María Fernanda Ziegler. Traducción Programa INFOSALUD