El coral sol, detectado por primera vez en Brasil en el litoral del sudeste del país a finales de la década de 1980 –cuando se pusieron en marcha los trabajos de prospección de petróleo y gas en la Cuenca de Campos (en la costa del estado de Río de Janeiro)–, se viene propagando por las costas rocosas de las islas brasileñas a gran velocidad. Por eso se lo considera un invasor biológico.
Una presencia inquietante
Las señales de la invasión perpetrada por el coral sol se hacen presentes en diversos puntos del litoral de los estados Río de Janeiro y São Paulo, en donde se ubica el municipio de São Sebastião, que alberga al archipiélago de Alcatrazes, un Área de Refugio de Vida Silvestre.
“Una vez que las plántulas de coral sol se instalan en una costa rocosa, la colonia se multiplica a una velocidad impresionante. Estamos intentando entender por qué sucede eso”, comentó Marcelo Kitahara, docente del Departamento de Ciencias del Mar de la Unifesp perteneciente a la Universidad Federal de São Paulo e investigador colaborador del Centro de Biología Marina de la Universidad de São Paulo (USP). El Profesor Kitahara coordina un proyecto cuya finalidad consiste en estudiar la filogenómica de los corales, sus relaciones evolutivas y los cambios climáticos.
Los primeros resultados de dicho estudio, que revelaron la sorprendente capacidad de regeneración del coral sol, salieron publicados en el Journal of Experimental Marine Biology and Ecology con el sugerente título de Un pólipo que sale de la nada: La impresionante capacidad de regeneración del coral sol invasor en el Atlántico.
Una expansión en pocas décadas
Son siete especies las que componen el género Tubastraea, todas nativas de las aguas tropicales de los océanos Índico y Pacífico. Tan sólo dos de ellas existen en el Atlántico Sur Occidental: las invasoras Tubastraea coccinea y T. tagusensis.
Luego de los primeros registros realizados en la cuenca de Campos en la década de 1980, se avistaron colonias en las costas del litoral sur de Río de Janeiro en la década de 1990. Desde entonces, el coral sol ha sido registrado en más de 3.000 kilómetros de la costa brasileña, desde el estado sureño de Santa Catarina hasta el estado de Ceará completo, en el nordeste del país.
“De no hacerse nada para detener su avance, se estima que el coral sol tiene potencial como para colonizar todo el litoral brasileño”, dijo Kitahara.
Nuevas líneas de investigación
La aparición de este invasor en el preciso momento en que empezaron los trabajos de extracción de petróleo y gas no constituye un caso aislado de Río de Janeiro. En el Golfo de México existen vastos campos de extracción de petróleo en alta mar, y desde el comienzo de los años 2000 el coral sol ha venido siendo encontrado en el litoral mexicano. Hay incluso registros de coral sol transportado incrustado en el casco de los buques.
“No podemos afirmar que la explotación de petróleo en la cuenca de Campos generó la invasión del coral sol en nuestras costas, pero todos los indicios llevan a esa conclusión”, dijo Kitahara.
El coral es un esqueleto calcáreo construido sobre colonias de pequeños animales llamados pólipos. Existe dos tipos de corales: los que tienen una relación simbiótica con las algas, que efectúan la fotosíntesis y liberan compuestos orgánicos que ayudan en la alimentación de los pólipos, y aquéllos que independen de las algas para crecer y proliferar: éste es el caso del coral sol.
Con el objetivo de entender los mecanismos que les permiten a estas especies adaptarse tan bien y proliferar tan rápido en los diversos ambientes marinos, los científicos recolectaron en Ilha dos Búzios una colonia de T. coccinea y otra de T. tagusensis y generaron múltiples observaciones.
Los resultados generales del experimento sugieren tasas de regeneración más rápidas a temperaturas más altas. De acuerdo con Kitahara, los
próximos pasos de la investigación comprenden la secuenciación del genoma del coral sol por el lado molecular. En tanto, desde el punto de vista ecológico, el grupo pretende investigar los aspectos biológicos de la invasión y como ésta afecta a la fauna marina autóctona. Por un lado, los cambios climáticos globales y el calentamiento de las aguas favorecen al invasor, que se regenera mejor en aguas más cálidas, mientras que los corales autóctonos corren el riesgo de morir. Por otro lado, la extracción de petróleo en aguas brasileñas tiende a expandirse.
Fuente: CEBIMar/USP/Agencia Fapesp
Boletines originales: http://noticias.cebimar.usp.br/divulgacao-cientifica/clippings-de-outros-sites/1736-coral-invasor-da-costa-brasileira-apresenta-grande-capacidade-de-regeneracao / http://agencia.fapesp.br/un_coral_invasor_de_la_costa_brasilena_posee_una_gran_capacidad_de_regeneracion/27962/