Existe una anécdota que siempre repiten los científicos del área de e-agriculture. Afirman que hace algunos años, los agricultores les decían a sus hijos que deberían estudiar si querían dejar el campo e ir a la ciudad. Pero ahora, según esa misma anécdota, ese consejo ha cambiado: los hijos necesitan estudiar para poder seguir en el campo.
Estos cambios están en curso: no sólo en la producción sino también en la gestión. Con la unión de big data e Internet de las Cosas, las plantas y los animales se erigirán en señalizadores de la toma de decisiones de los productores rurales. Sucede que, más allá de la “agricultura de precisión”, en la cual se emplea la tecnología de la información para analizar variables tales como el clima y el suelo, pasan a contar también las señales que emiten las plantas y los animales en la toma de decisiones de los productores.
“No resulta una exageración decir que durante los próximos 10 años tendremos plantas y animales que responderán a cada estímulo en el sistema productivo. Las decisiones referentes a la producción vegetal y al bienestar animal se tomarán con base en datos recabados por biosensores implantados en cada planta y en cada animal”, dijo Iran Oliveira da Silva, docente del Departamento de Ingeniería en Biosistemas de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (Esalq), de la Universidad de São Paulo, en Brasil.
Oliveira da Silva fue uno de los disertantes en el Workshop eScience “Lo Rural en la Era Digital”, realizado en el auditorio de la sede de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo (FAPESP) en São Paulo, que tuvo como eje el estudio de los cambios en el ambiente rural como resultado de la adopción de la tecnología de la información.
“En el futuro, los animales hablarán y ustedes se acordarán de mí. Esa capacidad de tomar decisiones con base en señales emitidas por los animales es una realidad en las investigaciones científicas que se realizan en diversos lugares del mundo. Existen estudios en bioacústica y en la vocalización de animales que permiten entender la expresión de los animales con base en la frecuencia sonora. Hay una tecnología belga que hace posible que los veterinarios obtengan la información que indica si un rebaño padece enfermedades tales como diarrea o tuberculosis, por ejemplo, mediante la captación del sonido del ambiente. Todo con un margen de error de menos del 1%”, afirmó.
En el workshop, investigadores de instituciones de São Paulo, en Brasil, discutieron las posibilidades futuras de la producción agrícola en el país. Todo esto ante un panorama en donde será común ver campos de soja, cafetales y criaderos de pollos y vacas atestados de sensores, que producirán datos e información referente a la necesidad de una mayor irrigación o ventilación, sobre alteraciones en el suelo o sobre la administración de medicamentos.
“Aparte de los sensores y chips y del uso de biomarcadores, existe una tendencia fuerte al uso de microdrones, que son como una especie de mosquitos con cámaras y sensores. Además de recabar miles de datos, estos microdrones también pueden hacer la polinización”, destacó Jansle Vieira Rocha, docente de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Campinas (Feagri/ Unicamp).
Vieira Rocha cree que fundamentalmente ante un panorama de grandes transformaciones como el de la producción agrícola, existe espacio para hacer futurología. “Debemos pensar mirando adelante, pensar en innovaciones. Debemos aprovechar seminarios y encuentros como éste no sólo para mostrar los resultados académicos sino también para pensar en soluciones referentes a problemas que aún no tenemos”, enfatizó.
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