Entender cómo las criaturas desarrollan capacidades cognitivas y emocionales durante los primeros mil días de vida es el objetivo de un consorcio internacional titulado "Los Primeros Mil Días". El grupo pretende crear un repositorio con datos de aproximadamente 3.000 bebés, que servirá de base para investigaciones en distintas áreas.
La Universidad de São Paulo (USP) es el polo brasileño de la iniciativa, que ocurre simultáneamente en otros nueve centros del mundo. Bajo la coordinación del profesor Guilherme Polanczyk, de la Facultad de Medicina, los investigadores de la USP crearon el Proyecto Germina, que acompañará el desarrollo de 500 niños de 3 meses a 3 años de edad, durante tres años.
Participan otros 14 grupos de investigación universitarios, incluido el Laboratorio de Modelado de Enfermedades del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB-USP), coordinado por la profesora Patricia Beltrão-Braga.
El proyecto parte de la premisa de que el 20% de los niños no alcanzan todo su potencial cognitivo. Este contingente representa el 80% de los adultos que necesitarán algún tipo de asistencia social o económica. El objetivo de Germina es identificar biomarcadores que permitan la detección temprana de cambios en el neurodesarrollo utilizando, por ejemplo, parámetros como el lenguaje y las funciones ejecutivas (relacionadas con la atención, la concentración, la organización, la planificación, la memoria, el control emocional y la resolución de problemas).
“A partir de los resultados que se generen, se podrán implementar estrategias de intervención para que estos niños alcancen su máximo potencial. Elegimos el grupo de edad de 0 a 3 años porque es una fase en la que el cerebro es muy plástico, capaz de aceptar la mayoría de los estímulos”, explica Beltrão-Braga, subcoordinadora de Germina.
Los análisis se basarán en niños neurotípicos, es decir, que no tienen problemas de neurodesarrollo. En el ámbito internacional de la investigación, también se considerarán los factores socioeconómicos, culturales y ambientales de los niños.
“Podremos verificar el impacto de múltiples variables. Si el niño come adecuadamente o tiene alguna restricción dietética, ya sea por razones económicas o culturales; si tiene acceso a celulares y tablets desde los primeros días de vida; si vive en una zona muy contaminada; si es estimulado al arte y la cultura en la escuela; si la atención prenatal se realizó correctamente. Podremos ver todo esto y mucho más”, dice la investigadora.
Hasta el momento, cerca de cien bebés ya participaron de Germina y los investigadores de la USP buscan más voluntarios.
Las madres residentes en São Paulo, entre 20 y 45 años, que tuvieron a sus hijos con al menos 37 semanas de gestación, pueden inscribirlos para participar de cinco encuentros, en los que se recolectarán muestras de heces, saliva y leche materna, y realizados electroencefalogramas y actividades con los bebés.
Los procedimientos no ofrecen riesgo, los padres permanecen todo el período con las criaturas y tendrán acceso a todos los resultados directamente vinculados a sus hijos.
Las familias interesadas deben enviar las informaciones en formulario online.
Fuente: Jefatura de Comunicación del ICB-USP.