Investigadores brasileños han hecho un descubrimiento sin precedentes en América del Sur: un nuevo coronavirus encontrado en los murciélagos, que tiene similitudes con el virus que causa el Síndrome Respiratorio del Oriente Medio (MERS). La información es de Agência FAPESP.
O estudiar Fue realizado por científicos de los estados de São Paulo y Ceará, en colaboración con la Universidad de Hong Kong, y publicado no Revista de virología médica.
Aunque todavía no se sabe si este virus puede infectar a los humanos, su estructura genética sugiere que puede interactuar con células de mamíferos.
Esto generó una alerta sobre la necesidad de realizar más estudios y una vigilancia epidemiológica constante.
Se descubre un nuevo coronavirus
El estudio analizó muestras recolectadas por el Laboratorio Central de Salud de Ceará (Lacen), en Fortaleza.
En total, los investigadores identificaron siete tipos de coronavirus en cinco murciélagos de dos especies diferentes:
Moloso moloso – murciélagos que se alimentan de insectos.
Artibeus lituratus – murciélagos frugívoros.
El más importante de los virus encontrados fue un nuevo coronavirus con similitudes genéticas con el MERS-CoV, el coronavirus que causó un brote del síndrome respiratorio de Oriente Medio en 2012.
Este virus tuvo una alta tasa de mortalidad y se registró en 27 países.
La investigación reveló que el virus encontrado en los murciélagos comparte casi el 72% de la secuencia genética del MERS-CoV, incluida la proteína Spike, que es responsable de permitir que el virus se adhiera a las células huésped.
Este detalle ha suscitado dudas sobre si el nuevo virus podría infectar a los humanos, aunque esto aún debe confirmarse mediante pruebas de laboratorio.
Durante todo el año se realizarán en la Universidad de Hong Kong experimentos para comprender mejor este virus.
La investigadora Bruna Stefanie Silvério, primera autora del estudio, realizará una pasantía en la institución para avanzar en esta investigación.
La importancia del seguimiento de virus en murciélagos
Se sabe que los murciélagos son reservorios naturales de virus, lo que significa que pueden portar y transmitir virus sin enfermarse.
Esto hace que el seguimiento de estos animales sea esencial para identificar nuevos patógenos antes de que se conviertan en una amenaza para otros animales y los seres humanos.
El estudio forma parte de un proyecto más amplio, financiado por la FAPESP, que busca comprender la diversidad de virus emergentes y reemergentes, además de desarrollar estrategias para identificar y contener posibles brotes.
¿Qué sabemos sobre el MERS-CoV?
El MERS-CoV se identificó por primera vez en Arabia Saudita en 2012 y ha causado más de 800 muertes a lo largo de los años.
La transmisión del virus a los humanos se produjo en gran medida a través del contacto con dromedarios, que se consideraban los principales huéspedes intermediarios.
Este coronavirus pertenece a la misma familia que el SARS-CoV-2, responsable de la pandemia de COVID-19.
Sin embargo, el MERS-CoV tuvo una tasa de mortalidad mucho mayor, llegando a alrededor del 35% de los infectados.
El hecho de que se haya encontrado un nuevo coronavirus similar al MERS-CoV en Sudamérica plantea importantes preguntas sobre la diversidad y evolución de estos virus en diferentes partes del mundo.
Otros virus encontrados en la investigación
Además del nuevo coronavirus, los investigadores también han identificado otro virus emergente llamado gemykibivirus.
Este virus ya había sido encontrado en humanos, especialmente en casos de VIH, sepsis, pericarditis y encefalitis de causa desconocida.
Anteriormente, el gemykibivirus se había detectado en el líquido cefalorraquídeo e incluso en bancos de sangre, lo que indica una posible circulación silenciosa entre humanos.
Sin embargo, esta es la primera vez que se identifica en murciélagos, lo que sugiere que estos animales también pueden ser un reservorio natural de este virus.
Para analizar el virus, los investigadores tuvieron que desarrollar nuevas técnicas de laboratorio, ya que hay poca información disponible sobre él en las bases de datos científicas.
Esto demuestra cómo el estudio de virus poco conocidos puede abrir puertas a futuros descubrimientos y ayudar a preparar estrategias para prevenir brotes en el futuro.
La necesidad de más investigación
El estudio refuerza la importancia de un enfoque sistemático para monitorear los virus emergentes y reemergentes.
Con la globalización y la creciente interacción entre humanos y animales salvajes, siempre existe el riesgo de nuevos brotes.
Por lo tanto, este tipo de investigaciones son esenciales para anticipar riesgos y crear estrategias que puedan minimizar el impacto de nuevas enfermedades.
Con los avances en la tecnología y la vigilancia epidemiológica, es posible identificar nuevos coronavirus y otros virus emergentes más rápidamente, aumentando las posibilidades de contener posibles epidemias antes de que se propaguen.