Existe consenso científico sobre el grave impacto que el cambio climático está provocando en el planeta y, en particular, en numerosas especies. Pero, los peligros naturales, en conjunción con el calentamiento global, puede acelerar el proceso de extinción de animales terrestres que tienen una distribución limitada o poblaciones pequeñas.
El cambio climático está alterando el mundo, y también puede hacer que ciertos desastres naturales sean más probables en lugares donde residen especies susceptibles. El estudio explora la superposición global entre las distribuciones de especies y la ocurrencia de cuatro desastres naturales: terremotos, huracanes, tsunamis y volcanes, que a menudo se pasan por alto a la hora de valorar los riesgos de extinción.
Hasta ahora, había un conocimiento limitado sobre qué especies están especialmente en riesgo debido a peligros naturales. Ahora, investigadores del Instituto Globe de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) las han identificado y han subrayado la necesidad urgente de tomar medidas para protegerlas. La evolución es negativa, pero aún hay esperanza de revertirla.
"Hemos identificado qué especies están en mayor riesgo de extinción debido a peligros naturales, lo cual es un aspecto nuevo de nuestros hallazgos. También destacamos estrategias para prevenir estas extinciones y aumentar el tamaño de las poblaciones", explica Fernando Gonçalves, uno de los dos primeros autores detrás del estudio.
Harith Farooq, también primer autor de la investigación, explica: "En nuestro estudio, al superponer la ocurrencia de cuatro tipos de peligros naturales con especies que tienen distribuciones limitadas o que ocurren en pequeñas cantidades, pudimos identificar qué especies pueden ser más susceptibles a estas amenazas".
El mayor peligro, en los trópicos
Los investigadores hallaron que el 10% de los 34.035 vertebrados terrestres evaluados (5,7% de las aves, 7% de los mamíferos, 16% de los anfibios y El 14,5% de los reptiles) están en riesgo debido a al menos un peligro natural, mientras que el 5,4% está en alto riesgo.
Son un total de 3.722 reptiles, anfibios, aves y mamíferos los que están en riesgo de extinción porque residen en zonas donde es más probable que se produzcan huracanes, terremotos, tsunamis y volcanes.
"La mitad de estas especies son las que calificamos como en ‘alto riesgo’ de extinción debido a desastres naturales, y la mayoría de ellas se encuentran en los trópicos, y especialmente en las islas tropicales, que ya han experimentado muchas extinciones desde la colonización humana", apuntan Jonas Geldmann y Bo Dalsgaard, autores principales del estudio.
En total, 834 reptiles, 617 anfibios, 302 aves y 248 mamíferos están según el estudio en alto riesgo de desaparición y se distribuyen principalmente en islas y zonas tropicales. Los huracanes y los terremotos afectaron a la mayoría de las especies, mientras que los tsunamis y los volcanes afectaron considerablemente menos.
La región con mayor número de especies en alto riesgo fue el Cinturón de Fuego del Pacífico, zona marítima y terrestre que rodea a este océano, salvo por el Sur, especialmente debido a volcanes, terremotos y tsunamis, mientras que las especies de alto riesgo relacionadas con huracanes se concentraron en el Mar Caribe, Golfo de México y noroeste del Pacífico.
"La exposición a peligros naturales puede aumentar los factores antropogénicos, agravando así sus impactos", recoge el informe. "Por lo tanto, las estrategias de conservación, como la gestión intensiva de poblaciones in situ y ex situ y el establecimiento de poblaciones seguras, pueden resultar fundamentales para la supervivencia de esas especies en las próximas décadas", añade el documento.
Programas de cría en cautiverio
Para ayudar a las especies a resistir los peligros naturales, los autores proponen trasladarlas a áreas más seguras y establecer esfuerzos de conservación, como programas de cría en cautiverio. Un ejemplo que ponen los investigadores es un loro endémico que solo se encuentra en la isla caribeña de Puerto Rico.
"La cotorra puertorriqueña (Amazona vittata), que alguna vez estuvo muy extendido, pero que ahora está en peligro debido a la actividad humana y los huracanes, está siendo protegido mediante esfuerzos de cría en cautiverio y reintroducción en todo Puerto Rico. Ese es uno de los pasos que destacamos en el trabajo y que se debe dar para aumentar el número de individuos en la naturaleza", reseña Fernando Gonçalves.
Los autores esperan que el estudio, que se ha publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, inicie "otros esfuerzos" para evitar la extinción de especies en el futuro. También pretenden que su investigación vaya "más allá de simplemente enumerar especies en riesgo debido a peligros naturales", y que fomente "estudios que exploren y comprendan los impactos ecológicos más amplios, como la pérdida de interacciones entre estas especies y sus entornos".
"Teniendo en cuenta que muchos aspectos vitales de los ecosistemas, como la polinización y la dispersión de semillas, dependen en gran medida de las interacciones entre organismos vivos, la pérdida de estas interacciones puede tener consecuencias importantes. Esto podría provocar una disminución más rápida del número de especies y una disminución de las funciones del ecosistema", resalta Fernando Gonçalves.
"No estamos perdiendo solo una especie, sino una multitud de funciones ecosistémicas que estas especies proporcionan", añade el investigador. "Nuestro estudio puede ayudar a guiar la atención de conservación y los esfuerzos para salvaguardar su supervivencia", recoge el informe.