La ciencia revela por qué la estrategia evolutiva no funcionó.
En algún momento vagaron por la Tierra unos perezosos gigantes, con garras muy afiladas. Tenían el tamaño de los elefantes asiáticos, y con su lengua prensil arrancaban las hojas de las altas copas de los árboles.
Ahora la ciencia revela por qué llegaron a tener ese tamaño y también, por qué esos enormes perezosos desaparecieron, según un nuevo trabajo publicado en Science
Hoy hay dos especies de perezosos que habitan América Central y del sur. Pero hace mucho tiempo había docenas de especies de perezosos en las Américas, desde Argentina hasta Canadá. Al igual que los perezosos de nuestros tiempos, las especies más pequeñas vivían en los árboles. Pero ¿qué hay de los perezosos más grandes?
“Su aspecto era similar al de los osos pardos, pero cinco veces más grandes”, dijo en declaraciones Rachel Narducci, administradora de la colección de paleontología de vertebrados en el Museo de Historia Natural de Florida, y coautora del trabajo.
Los enormes perezosos no trepaban mucho a los árboles, por el riesgo de caer y morir. Más bien, sobrevivían siendo aterradores. Los más grandes tenían garras largas y filosas que usaban para cavar sus cuevas en la tierra y las rocas. Sin embargo, el misterio está en cómo es que llegaron a tener ese gran tamaño.
La teoría
Para entender esto, los científicos analizaron el ADN de los antiguos perezosos y lo compararon con más de 400 fósiles de museos de historia natural para crear un árbol genealógico de perezosos. Rastrearon el origen de los perezosos a unos 35 millones de años. Y como el interés particular estaba en cómo es que llegaron a ser tan enormes, calcularon el peso de los animales midiendo los fósiles.
Los investigadores concluyeron que el clima de la Tierra fue un factor muy importante. Hace treinta y cinco millones de años, los primeros ancestros del perezoso moderno que habitaban lo que hoy es Argentina, tenían más o menos el tamaño de un perro grande. Los perezosos casi no cambiaron de tamaño durante 20 millones de años, y vivían en el suelo. Pero luego durante un período de calentamiento, hace unos 16 millones de años, debieron adaptarse evolucionando físicos más pequeños debido a que necesitaban bajar su temperatura corporal.
Después la Tierra volvió a enfriarse – algo que ha sucedido de manera intermitente durante los últimos 50 millones de años – y los perezosos se hicieron cada vez más grandes. También empezaron a migrar, y desde Argentina pasaron a América del sur y del norte, incluso hasta Alaska y Canadá.
Sus nuevos hábitats les presentaban desafíos, que debieron resolver en parte aumentando su tamaño. Además, siendo más grandes mantenían mejor el calor de sus cuerpos, y estaban a salvo de los depredadores.
“Esto les permitiría conservar energía y agua, y viajar con mayor eficiencia entre un hábitat y otro, con recursos limitados. Si estás en una planicie, también necesitas protección y ser más grande te lo puede brindar”, dijo Narducci.
Alcanzaron su enorme tamaño durante las Eras del Hielo del Pleistoceno, unos 3 a 12 millones de años atrás, poco antes de que desaparecieran.
Los científicos no están del todo seguros de por qué se extinguieron, pero tienen algunas suposiciones. Los primeros humanos migraron a las Américas hace unos 20.000 años. Los enormes perezosos terrestres se convirtieron en presa común, porque tenían mucha carne y andaban por el suelo.
Entonces los perezosos de gran tamaño fueron los primeros en extinguirse, pero también se vieron afectados los perezosos arbóreos, más pequeños. Con el tiempo, se extinguieron varias de sus especies. Y sobrevivieron dos en el Caribe hasta hace unos 4.500 años, hasta que los humanos los diezmaron. Ahora hay perezosos mayormente en América central y del sur, pero afortunadamente ya no forman parte del menú.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
©Dallas Krentzel