Las diminutas partículas fueron halladas en el bulbo olfatorio, la parte del cerebro encargada de procesar los olores. El mayor riesgo está en los recintos cerrados: "Todas nuestras casas están llenas de plástico", dicen los científicos.
0 seconds of 0 seconds Volume 0%
Por Kaitlin Sullivan - NBC News
Científicos brasileños han hallado microplásticos en el tejido cerebral de cadáveres, reveló nuevo estudio publicado este lunes en la revista científica JAMA Network Open.
En los últimos años se han llevado a cabo cada vez más investigaciones sobre la presencia de microplásticos en casi todos los órganos del cuerpo, así como en el torrente sanguíneo y en la placa que obstruye las arterias. La posibilidad de que estos contaminantes omnipresentes lleguen al cerebro humano ha sido una de las principales preocupaciones de los científicos.
Las últimas investigaciones se centraron en una parte del cerebro llamada bulbo olfatorio, que procesa la información sobre el olor. Los humanos tienen dos bulbos olfativos, uno encima de cada cavidad nasal. El nervio olfativo conecta el bulbo olfatorio y la cavidad nasal.
A algunos investigadores les ha preocupado que la vía olfativa pueda ser también un punto de entrada de los microplásticos en su camino hacia el cerebro, más allá del bulbo olfatorio.
"Estudios anteriores en humanos y animales han demostrado que la contaminación atmosférica llega al cerebro, y se han llegado a encontrar partículas en el bulbo olfatorio, por lo que pensamos que probablemente es uno de los primeros puntos por los que los microplásticos llegan al cerebro" , afirmó la Dra. Thais Mauad, autora principal del estudio y profesora asociada de Patología de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo, Brasil.
Pensamos que probablemente es uno de los primeros puntos por los que los microplásticos llegan al cerebro"
Mauad y su equipo tomaron muestras de tejido del bulbo olfatorio de 15 cadáveres de personas fallecidas entre los 33 y los 100 años . Las muestras de ocho de los cuerpos contenían microplásticos, pequeños trozos de plástico de entre 5.5 y 26.,4 micrómetros de tamaño.
En total, los investigadores encontraron 16 fibras y partículas de plástico en los tejidos. Las más pequeñas eran más finas que el diámetro de un glóbulo rojo humano , que mide unos 8 micrómetros. El tipo de plástico más común encontrado fue el polipropileno, seguido de la poliamida, el nailon y el acetato de vinilo y polietileno.
"El propileno está en todas partes, en muebles, alfombras, ropa", explicó Mauad. "Sabemos que el lugar donde estamos más expuestos a las partículas es el interior, porque todas nuestras casas están llenas de plástico".
0 seconds of 20 seconds Volume 90%
Matthew Campen, toxicólogo de la Universidad de Nuevo México que ha estudiado los microplásticos en el cerebro, explicó que la presencia de microplásticos en el bulbo olfatorio "es única pero no terriblemente sorprendente".
"La nariz es un importante punto de defensa para mantener las partículas y el polvo fuera de los pulmones", escribió Campen en un correo electrónico. "Así que ver algunos plásticos en el sistema olfativo, sobre todo teniendo en cuenta que son encontrados en cualquier otra parte del cuerpo, es completamente esperable".
Todas nuestras casas están llenas de plástico"
Aunque no fue mencionado en el estudio, Campen cree que es probable que las muestras también contuvieran muchos nanoplásticos, cuyo tamaño oscila entre 1 y 1,000 nanómetros. Una hebra de ADN humano tiene un grosor de unos 2.5 nanómetros (un micrómetro es 1,000 veces mayor que un nanómetro).
La presencia de microplásticos en el bulbo olfatorio no significa automáticamente que haya microplásticos en otras partes del cerebro, como las regiones relacionadas con la cognición. Todavía no está claro si estas partículas pueden llegar realmente a estas partes del cerebro a través del bulbo olfatorio.
"Hay pruebas de que partículas muy pequeñas transportadas por el aire pueden llegar al cerebro a través del bulbo olfatorio, pero no se sabe que ésta sea una vía importante de tráfico de ese material al cerebro", precisó Campen.
0 seconds of 3 minutes, 5 seconds Volume 90%
El sistema olfativo es la vía entre la nariz y el cerebro. Este sistema detecta los olores al procesar las diminutas moléculas olorosas que desprenden diversos objetos, como el pan horneado o un ramo de flores. Esas moléculas estimulan los nervios olfativos, y las señales son procesadas en el cerebro como olor. Otras partículas pueden recorrer estas mismas rutas. Aunque raras, amebas como la Naegleria fowleri –de tamaño superior al de los microplásticos encontrados en el estudio– pueden llegar al cerebro a través del nervio olfativo.
"Pensamos que si las bacterias pueden atravesar esta vía, los microplásticos también podrían hacerlo", afirmó Mauad.
Campen explicó que es más probable que los nanoplásticos entren en el cerebro a través del torrente sanguíneo, que recoge trozos de plástico de los pulmones o el tracto digestivo, en lugar del bulbo olfatorio. Sin embargo, es extremadamente difícil que las partículas, incluso las de los productos farmacéuticos, entren en el cerebro a través de la sangre. Esto se debe a que el cerebro está rodeado por una membrana semipermeable llamada barrera hematoencefálica. La investigación sobre los microplásticos en el organismo es aún reciente. Si estos trozos microscópicos de plástico pueden atravesar la barrera hematoencefálica en los seres humanos es todavía una gran interrogante.
La mayor parte de lo que los científicos conocen los efectos nocivos para la salud de las 4,000 sustancias químicas utilizadas en la fabricación del plástico y su peligro para la salud se ha limitado a estudios con animales. Un estudio reciente demostró que la exposición a microplásticos a través del agua potable durante tres semanas provocaba cambios cognitivos en el cerebro de los ratones. Las partículas también eran capaces de atravesar la barrera hematoencefálica.
A principios de este año, una investigación fue la primera en relacionar la presencia de microplásticos con mayores tasas de mortalidad en personas que tenían niveles más altos de microplásticos en la placa arterial.
0 seconds of 1 minute, 55 seconds Volume 90%
"Sabemos que se produce una reacción inflamatoria cuando las células son expuestas a microplásticos en el laboratorio", afirmó la Dra. Mary Johnson, investigadora de salud ambiental de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, que no participó en la investigación.
Johnson señaló que las enfermedades neurológicas, incluida la demencia, ha sido vinculadas a la contaminación atmosférica
"La idea es si los microplásticos podrían formar parte del rompecabezas", apuntó. "Parte de la preocupación no es sólo la partícula en sí, sino el hecho de que esos plásticos contienen aditivos, algunos de los cuales sabemos que son potencialmente tóxicos".
Investigaciones en los últimos años han descubierto microplásticos en casi todos los órganos del cuerpo. pcess609 / iStockphoto via Getty Images
Investigaciones en los últimos años han descubierto microplásticos en casi todos los órganos del cuerpo. pcess609 / iStockphoto via Getty Images