Científicos de Francia y Brasil detectaron y dieron seguimiento a un paciente de 38 años que dio positivo por COVID-19 durante 232 días. Las conclusiones de los especialistas se publicaron en la revista Frontiers of Medicine.
Investigadores de Institut Pasteur de France, la Universidad de São Paulo y la Fundación Oswaldo Cruz, de Brasil logró documentar el caso y estudiarlo.
“De los 38 casos que seguimos, dos hombres y una mujer eran atípicos porque el virus se detectó continuamente en sus cuerpos durante más de 70 días”.reveló Marielton dos Passos Cunha, primera autora del artículo.
Esta no es la primera instancia en la que se detecta el virus activo en el cuerpo de alguien, incluso cuando ha tenido un caso leve de COVID-19. A principios de 2021, otros investigadores brasileños informaron casos similares.
El grupo de científicos analizó 29 muestras de secreción nasofaríngea de pacientes que dieron positivo por COVID-19 al décimo día del inicio de los síntomas y las inoculó en células cultivadas en el laboratorio. En el 25% de los casos, los virus presentes en las muestras pudieron infectar las células y replicarse in vitro. Entonces, en teoría, otras personas podrían infectarse si entran en contacto con las gotitas de saliva expulsadas por estos pacientes en el momento de retirar el material.
El riesgo parece ser aún mayor para las personas con sistemas inmunitarios debilitados. En un artículo publicado en junio de 2021, estos mismos investigadores describieron un caso de infección que duró al menos 218 días. El paciente tenía unos 40 años y se había sometido a un tratamiento oncológico agresivo antes de contraer COVID-19.
Según este análisis, la la diferencia entre mujeres y hombres en la duración de la actividad viral no fue significativa, quienes presentaron un promedio de enfermedad de 22 días y 33 días, respectivamente.
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Mientras tanto, el hombre al que hace referencia el trabajo publicado en Frontiere of Medicine siguió dando positivo por coronavirus durante 232 días (de abril a noviembre de 2020), tras lo cual fue negativo tres veces por PCR. Este paciente es seropositivo desde 2018, pero no tiene carga viral detectable gracias a la terapia antirretroviral.
“El hecho de que seas seropositivo no te hace más susceptible a otras infecciones, porque has estado en tratamiento desde tu diagnóstico. Su capacidad para responder a la infección por otro agente es comparable a la de cualquier otro individuo, y respondió al coronavirus cuando se infectó. No está inmunocomprometido, como los enfermos de cáncer, las personas con enfermedades autoinmunes o los trasplantados, por ejemplo”, explicó Paola Minoprio, una de las facilitadoras del trabajo.
Así, según lo observado por investigadores franceses y brasileños, el estado serológico del paciente no explica la larga duración de su infección por coronavirus. Muchos pacientes infectados simultáneamente con VIH y SARS-CoV-2 deben compararse con un grupo de control apropiado para ver si algún rasgo genético o inmunológico del huésped podría estar asociado con una diseminación viral tan prolongada, explicaron.
Los expertos se aseguraron de que no se tratara de una reinfección. Para ello, el paciente se sometía a pruebas semanales que detectaban la persistencia de la infección, y periódicamente se secuenciaban muestras del virus. En este seguimiento detectaron que el virus seguía replicándose y que, además, estaba mutando.
“Observar a pacientes como este es importante porque podemos aprender más sobre cómo muta el virus y qué mutaciones pueden conducir a variantes preocupantes”. señaló Cunha.
El paciente del estudio estaba infectado con el linaje B.1.1.28, también llamado P1, que ingresó a Brasil a principios de 2020. Los investigadores no detectaron ninguna mutación en el virus aislado del paciente que justificase su clasificación como más transmisible o más resistente al sistema inmunitario.