Un grupo del Centro Nacional de Investigación en Energía y Materiales analiza en cultivo de células la acción antiviral de drogas ya disponibles en el mercado. En la imagen el compuesto activo del medicamento ya disponible en farmacias (en azul), interactúa con la proteína fundamental para el ciclo de vida del coronavirus (en rojo)
Un grupo de investigadores del Laboratorio Nacional de Biociencias del Centro Nacional de Investigación en Energía y Materiales (LNBio-CNPEM), en Campinas, está buscando un nuevo tratamiento para la Covid-19, causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. La estrategia, conocida como reposicionamiento de fármacos, consiste en testear la acción antiviral de drogas disponibles en el mercado para otras dolencias.
Los cinco primeros fármacos seleccionadas tienen como objetivo una de las proteasas del virus, enzima esencial en su ciclo de vida. Posteriormente, el grupo va a testear otros fármacos en cuatro distintos blancos moleculares, con diferentes funciones en el nuevo coronavirus.
El grupo forma parte de una red creada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovaciones y Comunicaciones (MCTIC), que articula investigaciones sobre coronavirus en distintos laboratorios de Brasil, a fin de encontrar soluciones para la pandemia. Algunos de los investigadores involucrados actúan en proyectos financiados por FAPESP.
"En la RedVirus MCTIC, cada grupo participante tiene una misión. La nuestra es el reposicionamiento de fármacos. Así que tengamos los resultados, serán inmediatamente transferidos a otro grupo, que hará los testeos en pacientes", dijo Daniela Barreto Barbosa Trivella, coordinadora científica del LNBio y una de las investigadores involucradas en el estudio.
"La proteasa que tenemos como blanco es responsable de un proceso que torna al virus activo, o sea, capaz de infectar las células y multiplicarse", explicó. Trivella coordina un proyecto, financiado por FAPESP y conducido en colaboración con la Universidad de Nottingham (Reino Unido), cuyo objetivo es elucidar el funcionamiento de receptores celulares considerados potenciales blancos terapéuticos.
"Un nuevo medicamento puede demorar hasta 15 años en llegar al mercado. Por eso optamos por esta estrategia, que es la mejor opción en el corto plazo. La idea es usar fármacos ya aprobados para una determinada enfermedad, en el tratamiento de otra. Es lo que ocurre con la hidroxicloroquina, indicada para malaria, pero usada en forma experimental contra el coronavirus", dijo Eduardo Pagani, gestor de fármacos del LNBio.
Pagani explicó que la ventaja de esta estrategia es que, si se encontraran fármacos con potencial de tratar la COVID-19, la eficacia de su uso en la lucha contra esta enfermedad podrá ser testeada directamente en las pacientes, toda vez que los organismos reguladores, como ANVISA, ya poseen todos los informes de seguridad de esas drogas, ya testeadas en humanos antes de entrar en el mercado.
Los investigadores advierten, sin embargo, que aunque esos fármacos estén disponibles en las farmacias, ninguno fue testeado en humanos portadores del nuevo coronavirus. Por eso, es fundamental que se conozcan los efectos en ese contexto, antes que puedan administrarse en pacientes con COVID-19.
Cinco candidatas
Para llegar a los primeros cinco medicamentos potencialmente efectivos contra el SARS-CoV-2, el grupo realizó un examen, usando simulaciones por computadora, de 2.000 medicamentos ya aprobados para otros usos terapéuticos por la FDA (Food and Frug Administration), una agencia gubernamental de los Estados Unidos que regula alimentos y drogas.
“Durante más de un mes, realizamos simulaciones que requieren una gran capacidad computacional. En ellos, la molécula primero tenía que encajar en el llamado sitio catalítico de proteasa y luego permanecer allí después de una simulación del movimiento de las moléculas. Las que permanecieron conectadas seguirán en el protocolo. Las otras fueron descartadas”, dijo Paulo Sergio Lopes de Oliveira, investigador de LNBio responsable de la parte computacional de la investigación.
Oliveira coordina el proyecto "Detección y caracterización de cavidades protéicas mediante cómputo paralelo y descriptores moleculares", financiado por FAPESP.
Además del equipo y los recursos del proyecto actual, su equipo usó computadoras de una beca de investigación, en la modalidad Equipamientos Multiusuarios, coordinada por Wilson Araújo da Silva Junior, profesor de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (FMRP-USP) .
La simulación resultó en 16 fármacos con potencial terapéutico contra el virus. De estos, cinco fueron seleccionados para ser probados en células infectadas con SARS-CoV-2. Entre los criterios de selección se encontraba la disponibilidad de estos medicamentos en el mercado brasileño a un costo relativamente bajo.
Bioseguridad
Rafael Elias Marques Pereira Silva, investigador de LNBio y coordinador de dos proyectos financiados por FAPESP, lidera las pruebas de la acción de las drogas en las células infectadas: la primera sobre el potencial terapéutico de quimiocinas y la segunda sobre las infecciones por virus.
Las pruebas se llevan a cabo en el Laboratorio de Estudios de Virus Emergentes (LEVE), en el Instituto de Biología de la Universidad Estatal de Campinas (IB-Unicamp). LEVE está dirigido por José Luiz Proença Modena, profesor de IB-Unicamp y coordinador del proyecto "Patogénesis y neurovirulencia de virus emergentes en Brasil", también financiado por FAPESP. El laboratorio tiene un nivel de bioseguridad 3 (NB3), en una escala que llega hasta 4.
“Debido a la seguridad, las pruebas son bastante exhaustivas, tienen que hacerse casi una por una. Por eso es importante la selección previa de medicamentos”, dice Trivella.
Marcio Chaim Bajgelman, coordinador del Laboratorio de vectores virales (LVV) de LNBio, también participa en la investigación. El investigador trabaja en el desarrollo de ensayos de prueba de fármacos, en los que será posible controlar la capacidad del medicamento para ingresar a las células humanas. Bajgelman coordina un proyecto apoyado por la Fundación.
Los investigadores ahora están preparando otros cuatro objetivos moleculares presentes en el virus para ser analizados. Los llamados bioensayos serán realizados por Artur Torres Cordeiro, investigador de LNBio, en un proyecto también financiado por FAPESP.
Para cada uno de los nuevos objetivos, las simulaciones se realizarán nuevamente con los 2.000 medicamentos existentes. Se estima alcanzar, en total, 60 fármacos candidatos para pruebas in vitro con objetivos aislados y con el virus. Entre uno y tres estarán indicados para pruebas clínicas.
Encontrar más de un medicamento es estratégico para que el virus no desarrolle resistencia. En los tratamientos antivirales como el VIH, por ejemplo, se utilizan diferentes combinaciones de medicamentos que atacan distintos objetivos moleculares del virus.
"Los medicamentos encontrados en esta investigación podrían combinarse entre sí o incluso con hidroxicloroquina, por ejemplo, para aumentar las posibilidades de cura", dice Pagani.
Las pruebas con los primeros cinco candidatos ya han comenzado. Los resultados se esperan en las próximas tres semanas.
Traducción Programa INFOSALUD