Publicado en Lancet Regional Health - Americas, el estudio ayuda a enfocar acciones para el combate de ese problema de salud pública en el país
Un mapeo inédito sobre la incidencia de malaria entre embarazadas brasileñas fue divulgado por investigadores de la Universidad de San Pablo (USP) en la revista Lancet Regional Health - Americas.
Los datos indican que, aunque la malaria gestacional aún representa un importante problema de salud pública en el país, hubo una reducción de aproximadamente la mitad de los casos en el período analizado (2004 a 2018). Según los autores, esto se debe a la ampliación de la red de diagnóstico y tratamiento, así como a la inclusión, a partir de 2006, del fármaco artemisinina en el esquema terapéutico.
También según los investigadores, la reducción no fue mayor, posiblemente debido a la descentralización de las acciones públicas de combate a la malaria en el país. Como los municipios tienen autonomía para tratar los casos, esto puede generar pérdidas con la alternancia de equipos vinculados a las agencias de salud con cada nueva elección.
“Aunque existen distintos estudios publicados sobre malaria gestacional en el país, ninguno presentó un panorama general de la enfermedad, ya que en su mayoría fueron realizados en localidades o regiones específicas”, dijo a la Agencia FAPESP Cláudio Romero Farias Marinho, profesor asociado del Laboratorio de Inmunoparasitología Experimental , del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB-USP), que coordinó el trabajo. “Y por eso nos propusimos explorar los patrones espaciales y espacio-temporales de la malaria durante el embarazo en Brasil, caracterizando epidemiológicamente a esta población”.
Grupo de riesgo
Como recuerda el investigador, las mujeres embarazadas son uno de los principales grupos de riesgo para la malaria, una enfermedad causada por protozoos del género Plasmodium y transmitida por el mosquito Anopheles. Las mujeres embarazadas infectadas corren más riesgo de sufrir anemia grave, parto prematuro, aborto espontáneo y muerte fetal. El feto puede tener microcefalia o tener un crecimiento alterado en el útero, con impactos que generalmente se extienden más allá del período gestacional.
“Estudios demuestran que la infección afecta el desarrollo y funcionamiento del cerebro provocando déficits cognitivos y neurológicos, consecuencia de padecimientos como la parálisis cerebral y la epilepsia, se asocia a problemas respiratorios en la infancia y hace al niño más propenso a infecciones, además del mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en la edad adulta, como diabetes e hipertensión arterial”, dice Marinho.
Por estas razones, las mujeres embarazadas fueron el foco de la encuesta realizada por la estudiante de posdoctorado del ICB-USP Jamille Dombrowski, becaria de la FAPESP, en colaboración con investigadores de la Facultad de Salud Pública (FSP-USP). El grupo analizó la serie histórica de la enfermedad en un período de 15 años, involucrando datos de 61.833 mujeres con malaria gestacional en Brasil obtenidos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Malaria (Sivep-Malaria) del Ministerio de Salud. Los resultados mostraron municipios de los estados de Amazonas, Acre, Rondônia y Pará con alta incidencia de la enfermedad en gestantes.
La encuesta también permitió identificar el grupo de mayor riesgo, que son las mujeres embarazadas más jóvenes, especialmente aquellas entre 15 y 24 años. Esto se debe a que es en este grupo de edad donde se encuentra la mayor cantidad de primigrávidas (mujeres en su primer embarazo). En estos casos, la inmunidad específica frente a las formas de Plasmodium que se depositan en la placenta es menor, ya que se adquiere tras embarazos sucesivos. “También es importante recordar que en la Región Norte de Brasil, las mujeres embarazadas primíparas son muy jóvenes y su tiempo de exposición al protozoario es más corto debido a su corta vida, lo que hace que su cuerpo tenga menos protección contra él”, explica la investigadora. .
El estudio también reveló evidencia de que es posible que el régimen de tratamiento para estos pacientes no se esté realizando correctamente, ya que se observó un alto porcentaje de notificación de primaquina. Se trata de un fármaco que está contraindicado durante el embarazo, ya que puede provocar la destrucción de los glóbulos rojos del feto, encargados de transportar el oxígeno, y en consecuencia provocar un aborto espontáneo.
Toda esta información obtenida por el equipo coordinado por el profesor Marinho puede ayudar a orientar al Ministerio de Salud en el establecimiento de políticas públicas para el control de la malaria y también para ofrecer una mejor asistencia a las mujeres embarazadas en estos casos. Se podrán identificar áreas que puedan requerir mayor vigilancia o intervenciones adicionales, actuando sobre estrategias específicas para proteger a las gestantes y sus bebés de las devastadoras consecuencias de la enfermedad.
Con el aspecto epidemiológico listo, el foco de los investigadores pasa a ser el diagnóstico precoz de una complicación de la enfermedad, la malaria placentaria. Es muy importante, ya que las mujeres embarazadas no suelen presentar síntomas, pero pueden tener el parásito en la placenta -una afección conocida como paludismo placentario- y la enfermedad solo se detecta después del nacimiento del bebé, sin posibilidad de intervención ni tratamiento. .
Por ello, Dombrowski está trabajando en un nuevo proyecto que tiene como objetivo identificar biomarcadores de rápida medición y coste asequible para que su análisis pueda introducirse en la rutina del control prenatal.
El artículo “Mapeo y caracterización de áreas con altos niveles de malaria en el embarazo en Brasil: un análisis espaciotemporal” puede leerse en: https://www.thelancet.com/journals/lanam/article/PIIS2667-193X(22)00102-8/fulltext .
Thais Szego.
Traducción Programa INFOCIENCIA