Grupo identificó un nuevo blanco terapéutico contra la enfermedad, la proteína ezrina. En modelos celulares, la estrategia impidió el crecimiento de los tumores
Investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de San Pablo (ICB-USP) consiguieron impedir la evolución del cáncer de páncreas en tres modelos celulares de la enfermedad. El resultado, publicado en la revista Investigational New Drugs del grupo Springer Natjure, fue obtenido con el uso del compuesto NSC305787. El descubrimiento, apoyado por FAPESP, abre camino para el desarrollo de una nueva terapia contra ese tipo de cáncer.
Al analizar la base de datos The Cancer Genome Atlas (TCGA), que recopila información sobre el material genético de más de 20,000 pacientes con 33 tipos de cáncer, los investigadores identificaron que la mayoría de los pacientes con cáncer de páncreas que tenían una alta cantidad de la proteína ezrina morían entre dos a cinco años después de la aparición de los tumores.
“Nos dimos cuenta de esto después de un largo trabajo de extracción de datos. Esa información llamó nuestra atención para realizar pruebas con el compuesto, que es un inhibidor de la ezrina, ya que es uno de los cánceres más letales y tiene pocas opciones terapéuticas”, dice el coordinador de la investigación, el profesor João Agostinho Machado-Neto, del Laboratorio de Biología del Cáncer y Antineoplásicos, del Departamento de Farmacología del ICB-USP.
El compuesto se aplicó a tres modelos celulares de cáncer de páncreas y demostró ser capaz de prevenir la activación de la proteína. “Como resultado, hubo una mayor tasa de muerte de células tumorales, lo que impidió el crecimiento y la migración en los ensayos in vitro, haciéndolos menos malignos”, afirmó.
La aplicación se realizó en modelos que simulan los tumores de la enfermedad. Se trata de líneas celulares, aprobadas para uso comercial, que fueron obtenidas a partir de muestras donadas por pacientes y sometidas al proceso de inmortalización. A pesar de las diferencias en los modelos experimentales, las células cancerosas analizadas mostraron resultados similares.
“Con el éxito de estas primeras pruebas, tenemos previsto evaluar los efectos del compuesto y la expresión de su blanco objetivo aún in vitro, pero ahora en células obtenidas directamente de pacientes con el tumor. Así, tendremos un resultado más asertivo frente a la diversidad de resultados que hemos obtenido”, dice Machado-Neto.
Simultáneamente, los investigadores están evaluando otros tipos de cánceres que pueden beneficiarse del inhibidor de ezrina. El grupo analiza las respuestas al compuesto en el cáncer de cuello uterino (carcinoma cervical), el cáncer de colon y las leucemias. Con estos resultados se realizarán pruebas en modelos animales.
Según Machado-Neto, en estudios previos con modelos animales, el inhibidor obtuvo buenos resultados en términos de farmacocinética (capacidad de llegar al sitio de acción y permanecer dentro del organismo) y demostró ser poco tóxico. Sin embargo, todavía no hay forma de desarrollar fármacos a partir de él, ya que el compuesto aún no se ha probado en humanos. Su uso está restringido a la investigación hasta el momento.
Si también es efectivo en humanos, la estrategia debería ser importante en las etapas tempranas e intermedias del cáncer de páncreas, ya que evitaría que la enfermedad empeore. Según el Instituto Nacional del Cáncer (Inca), la enfermedad representa el 4% de todas las muertes por cáncer en Brasil, lo que corresponde a unas 12.000 muertes por año. También según la agencia, alrededor del 87% de los casos brasileños resultan mortales.
Uno de los principales factores de la alta tasa mortalidad es la falta de alternativas terapéuticas, que hoy en día se limitan básicamente a la quimioterapia. “La quimioterapia es un tratamiento agresivo que se adopta cuando los tumores ya están en estadíos avanzados. No tiene un objetivo específico, por lo tanto, compromete toda la salud del paciente. A diferencia de la alternativa que proponemos, que afectaría solo a la proteína responsable de la progresión de la enfermedad”, destaca Machado-Neto.
Si la tesis señalada por el grupo se confirma en estudios clínicos, ezrina también se puede utilizar como biomarcador de la enfermedad para evaluar la gravedad de la enfermedad. “Ese análisis se puede hacer a través de un examen llamado inmunohistoquímica, utilizado en los laboratorios para evaluar las características de los tumores sólidos”, dice.
La investigación contó con la participación de los doctorandos: Jean Carlos Lipreri da Silva, que trabajaba en minería de datos, Keli Lima, Lívia Bassani Lins de Miranda y Bruna Oliveira de Almeida, que trabajaban en pruebas celulares y moleculares. También contó con la colaboración de la estudiante de graduación Maria Fernanda Lopes Carvalho, de la carrera de ciencias biomédicas del ICB-USP, que participó de la investigación como becaria de iniciación científica y también trabajó en minería de datos en el TCGA.
El estudio del cáncer de páncreas es parte de una línea de investigación implementada en el instituto hace cuatro años. En él se desarrollan trabajos que buscan encontrar nuevas blancos terapéuticos para cánceres y así identificar posibles fármacos. Entre los trabajos prometedores, se destacan los resultados in vitro con NSC305787 contra la leucemia mieloide aguda y la molécula reversina contra la leucemia linfoblástica aguda, proyecto que fue finalista del Premio Octavio Frias de Oliveira, organizado por el Instituto del Cáncer del Estado de São Paulo Octavio Frias de Oliveira (Icesp) y por el Grupo Folha.
El artículo "NSC305787, un inhibidor farmacológico de ezrina, exhibe actividad antineoplásica en células de cáncer de páncreas" está disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35477813/.
Fuente: Oficina de Comunicaciones del ICB-USP.
Agencia FAPESP ( Brasil ) |
Traducción Programa INFOCIENCIA |