Investigadores de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) desarrollan un panel de biomarcadores para la detección temprana de la enfermedad de Alzheimer y para diferenciarla de otros tipos de demencia mediante análisis de sangre. El proyecto de investigación, con apoyo de la FAPESP, se basa en el análisis de los genotipos de 500 voluntarios con y sin la enfermedad.
Uno de los hallazgos más recientes del grupo de investigadores, publicado en la revista Neurobiology of Aging, fue la identificación de que una alteración genética poco común, relacionada con la enfermedad de Alzheimer, también se asocia con niveles elevados de la proteína ADAM10. En el estudio, 85 personas con deterioro cognitivo y la condición genética presentaron niveles elevados de la proteína en sangre.
La proteína es conocida entre los científicos por su papel en la división de la proteína precursora beta-amiloide, previniendo así la formación de placas en el cerebro, una de las características de la enfermedad de Alzheimer.
“ADAM10 es un antiguo candidato a biomarcador de la enfermedad de Alzheimer que, en los últimos años, ha ganado destaque debido al avance de equipos ultrasensibles que permiten detectar estas moléculas en concentraciones muy bajas en el plasma sanguíneo”, explica Márcia Regina Cominetti, del Laboratorio de Biología del Envejecimiento (Laben-UFSCar), una de las coordinadoras del proyecto.
Según el estudio, la condición genética (cambios en el alelo E4 del gen APOE) puede provocar un aumento de moléculas inactivas de ADAM10 en la sangre. Esto, por lo tanto, reduciría la cantidad de moléculas activas, disminuyendo también la capacidad de inhibir la formación de placas de beta-amiloide en el cerebro.
Enfermedad compleja
La enfermedad de Alzheimer es la principal causa de demencia en todo el mundo y afecta a más de 35,6 millones de personas. Además de no tener cura, su diagnóstico sigue siendo un gran reto para la medicina. Cuanto antes se identifique, mayor será la posibilidad de retrasar la aparición de sus síntomas. Esto se debe a que, hasta ahora, la probable reversión del proceso neurodegenerativo solo ha sido posible en una etapa más temprana de la enfermedad, conocida como deterioro neurocognitivo leve, que se caracteriza por el deterioro cognitivo, pero sin afectar significativamente la funcionalidad del individuo.
En este contexto, los investigadores de la UFSCar buscan desarrollar pruebas sanguíneas pronósticas basadas en ADAM10 capaces de identificar, entre los individuos con deterioro cognitivo leve, aquellos con mayor riesgo de desarrollar Alzheimer.
Nuestros estudios indican que, no solo en esta rara afección, sino también en otras causas de Alzheimer, ADAM10 actúa en una vía que precede a la formación de placas de beta-amiloide. Por lo tanto, si todo se desarrolla según nuestra hipótesis, es posible que sea un marcador pronóstico que indique, antes de la formación de estos hitos patológicos, si la persona tiene o no probabilidad de desarrollar la enfermedad, afirma el investigador.
Cominetti enfatiza que, actualmente, la detección de placas de beta-amiloide en el cerebro y de la proteína TAU hiperfosforilada (otra característica distintiva de la enfermedad de Alzheimer ) ofrece una alta precisión diagnóstica. «Sin embargo, diferenciar una demencia de otra sigue siendo un gran desafío. En este sentido, una combinación de biomarcadores podría, por ejemplo, permitir un cribado poblacional más amplio mediante análisis de sangre», afirma.
Gracias a una colaboración entre los departamentos de Química y Gerontología de la UFSCar, el proyecto de investigación desarrolló un sensor que utiliza los niveles de ADAM10 en sangre para diferenciar entre personas mayores sanas y personas con Alzheimer. La prueba aún se está validando en estudios con 500 voluntarios.
Estamos trabajando en marcadores pronósticos para la enfermedad. Mucha gente se pregunta por qué buscamos un diagnóstico si aún no existe cura para el Alzheimer. Lo cierto es que trabajamos a largo plazo. En algún momento, podría aparecer una cura, y entonces será fundamental contar con un método de diagnóstico como el que nos proponemos desarrollar, afirma.
Otro aspecto importante del proyecto, destacado por Cominetti, es la creación de una base de datos diversa no solo genéticamente, sino también muy heterogénea en cuanto a factores de riesgo para el Alzheimer, como la educación, los ingresos y la calidad de vida. «Hemos completado la secuenciación genética de 500 voluntarios, creando una base de datos sin precedentes en el mundo. Además de reflejar la variabilidad genética brasileña, la base de datos es el resultado de una población con características distintas a las del hemisferio norte, donde se realiza la mayor parte de la investigación. Esto es importante, ya que se sabe que la relevancia de los factores de riesgo para el Alzheimer puede variar entre regiones ricas y pobres», explica Cominetti.
El artículo "Los niveles plasmáticos más altos de ADAM10 soluble se asocian con una disminución del rendimiento cognitivo en adultos mayores portadores de APOEe4" se puede leer en: www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0197458025000703.
María Fernanda Ziegler. Traducción Programa INFOCIENCIA |