Investigadores de la Universidad Estadual Paulista (UNESP) del Campus de Araraquara estudian la posibilidad de utilizar las aguas residuales de la industria del jugo de naranja para producir hidrógeno. Brasil es el primer exportador mundial de jugo de naranja.
La investigación, financiada por la FAPESP, se está llevando a cabo en el Centro de Monitoreo e Investigación de la Calidad de los Combustibles, Biocombustibles, Petróleo y Derivados (Cempeqc), del Instituto de Química de la Unesp.
Según Sandra Inmaculada Maintinguer, investigadora del Cempeqc, "la ventaja de producir hidrógeno a partir de agua residual es aprovechar, de manera sostenible, una fuente de carbono que actualmente está siendo descartada".
Según la investigadora, la propuesta consiste en reutilizar la energía generada localmente en la propia industria, para abastecer las bombas de los sistemas de tratamiento biológico, por ejemplo.
"El método podría beneficiar no sólo al sector de los cítricos, sino al del azúcar y el alcohol, las industrias de refrescos, cervezas y otros alimentos", dijo.
El grupo de investigadores del Cempeqc está estudiando tres tipos de residuos resultantes del procesamiento naranja en una empresa ubicada en la localidad de Matão, en el estado paulista: melaza, vinaza y aguas residuales.
Aunque la melaza y vinaza muestran mayores concentraciones de azúcares (40 a 150 g de glucosa por litro), las pruebas preliminares sugieren que las aguas residuales (12 g de glucosa/L) es el más adecuado para la producción biológica de hidrógeno.
El Ministerio de Minas y Energía brasileño tiene planes para introducir el hidrógeno en la matriz energética del país hacia 2025, incluso como combustible de automoción.
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