Los síntomas neuronales se han convertido en una de las complicaciones extrapulmonares más frecuentes en las infecciones por COVID-19, afectando a más del 30% de los pacientes que lo sufren. Esta es una de las evidencias que subraya un nuevo estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences bajo el nombre de Morphological, cellular, and molecular basis of brain infection in COVID-19 patients.
La investigación explica el modo en el que el virus infecta a los astrocitos, unas células cerebrales que llevan a cabo un elevado número de funciones clave para la realización de la actividad nerviosa, llegando a causar cambios estructurales en el cerebro. En algunos casos, la infección por SARS-CoV-2 puede ocasionar alteraciones del cerebro y disfunción neurocognitiva, especialmente en los casos de COVID-19 prolongada, según los casos analizados en el estudio.
En algunos casos, la infección por SARS-CoV-2 puede ocasionar alteraciones del cerebro y disfunción neurocognitiva.
Daniel Martins-de-Souza, doctor en Bioquímica en la Universidad Estatal de Campinas (Brasil), y el resto del equipo que firma el estudio analizaron mediante resonancia magnética la estructura cerebral de 81 pacientes en proceso de recuperación de la enfermedad en grado moderado y otros 81 pacientes sanos, comprobando cómo los pacientes del primer grupo mostraban un grosor cortical reducido, un hallazgo relacionado con síntomas de ansiedad y depresión.
Cambios estructurales en el cerebro
Además de estudiar los resultados de los dos primeros grupos, el equipo también analizó muestras del cerebro de 26 personas fallecidas a causa de la enfermedad con resultados muy reveladores: los análisis indicaron que las muestras de 5 de los 26 casos estudiados habían sufrido daños severos en los tejidos cerebrales. Un posterior análisis más profundo terminó mostrando que la morfología de los astrocitos, las células clave para mantener el metabolismo neuronal, hacía que tuvieran una gran predisposición para ser infectados por SARS-CoV-2.
El SARS-CoV-2 infecta a los astrocitos a través del receptor NRP1 de estas células cerebrales, claves en la producción de neurotransmisores.
En el caso de los astrocitos, la investigación demuestra cómo el receptor NRP1 es la puerta de entrada para el virus. Una vez infectados, los astrocitos analizados mostraron niveles alterados de los metabólicos usados para el funcionamiento de las neuronas y para la producción de neurotransmisores, además de segregar moléculas neurotóxicas. Tal y como recalcan los autores, estos descubrimientos explican los daños y los cambios estructurales en los cerebros de pacientes de COVID-19 al contraer la infección.
Los efectos de la COVID-19 persistente en las redes neuronales
Aunque las evidencias del estudio confirman manifestaciones neuropsiquiátricas asociadas principalmente con infecciones severas causadas por la enfermedad, la disfunción neuronal también se ha podido observar en los pacientes de la muestra que han sufrido la infección en un grado moderado.
Las alteraciones a largo plazo en el cerebro que se han descrito hasta el momento en la investigación van desde la atrofia en la corteza orbitofrontal hasta la discapacidad neurocognitiva, pasando por la fatiga excesiva y los síntomas de ansiedad en pacientes que han sufrido la enfermedad en un grado moderado. En los pacientes que fallecieron a causa de la enfermedad, el estudio indica que se encontraron evidencias de daños agudos y severos en el tejido cerebral extraído de las muestras de la región orbitofrontal.