La presencia de plásticos y sus químicos asociados es prácticamente ineludible en la vida moderna, algo que hemos visto a menudo en las últimas noticias. Desde que cada vez tenemos más microplásticos en el cerebro, hasta otros problemas igual de importantes, como el hecho de que prácticamente todos los animales del mundo menos uno estén plagados de microplásticos tanto externa como internamente. Pero, los microplásticos no son el único problema realmente existente en la actualidad, sino que también nos encontramos con que hay algunos plastificantes que pueden ser peligrosos.
Un problema cada vez más notable
Investigaciones recientes publicadas en la revista Environmental Research sugieren que en el sur de California, los residentes urbanos están expuestos a niveles elevados de plastificantes, sustancias utilizadas para suavizar los plásticos y hacerlos más flexibles. Toxicólogos han detectado que la exposición diaria a estos compuestos es alta y persistente, afectando a toda la población. David C. Volz, toxicólogo de la Universidad de California en Riverside ha sido uno de los encargados de desarrollar este estudio, y además también es una de las figuras clave a la hora de señalar lo preocupante que es actualmente esta situación a nivel global, ya que los plastificantes están en todos los ambientes y no son buenos para la salud.
Uno de los compuestos más preocupantes es el DEHP, un plastificante vinculado a riesgos graves como el cáncer, daños al sistema reproductivo y efectos negativos en el desarrollo infantil. Aunque este estado de los Estados Unidos prohibió el uso de DEHP en productos infantiles en 2009, estudios recientes sugieren que los residentes del sur del estado siguen expuestos a concentraciones elevadas de este químico. En Europa los ftalatos como el DEHP también están vetados en una gama muy amplia de productos, pero está disponible en otros tantos, por lo que se trata de una mezcla paradigmática.
Una investigación realizada entre 2019 y 2020 en la universidad de Volz se basó en utilizar pulseras de silicona para medir la exposición a diversos plastificantes en el entorno. Los resultados revelaron concentraciones sorprendentes de contaminantes, superando las expectativas de los investigadores. Entre el 94 y el 97 por ciento de los plastificantes absorbidos por las pulseras se atribuyeron a tres compuestos: DiNP, DEHP y DEHT, todos presentes en productos comunes como envases de alimentos, cosméticos y artículos para el hogar.
Tanto el DEHP como el DiNP pertenecen a la familia de los ftalatos, compuestos que pueden ser absorbidos por la piel, inhalados o ingeridos, y aunque tienen una vida corta en el cuerpo humano, su presencia es omnipresente en la orina de los estadounidenses. En general, todos estos productos se encuentran vetados en Europa en productos infantiles pero no en todos. El DiNP, por ejemplo, puede causar distintos tipos de cáncer y daños hepáticos graves.
El DEHT, introducido como una alternativa más segura al DEHP, aún plantea dudas sobre su posible toxicidad. Los investigadores advierten que la exposición crónica a estos compuestos en áreas urbanas densamente pobladas como el sur de California es motivo de preocupación. Aunque el DEHT no es un ftalato, se sabe poco sobre sus efectos en la salud humana, lo que añade incertidumbre sobre su seguridad.
La preocupación por la toxicidad de los ftalatos está creciendo, y las distintas agencias mundiales advierten que debido a su uso generalizado en productos industriales y de consumo, representan un riesgo potencialmente elevado de exposición. Los ftalatos se han detectado en alimentos y en el cuerpo humano, lo que plantea la necesidad urgente de más investigaciones y regulaciones para proteger la salud pública en un entorno cada vez más saturado de estos químicos.