espacio: “Lo increíble es que este es el mejor candidato que ha encontrado el gobierno de Dina Boluarte para liderar el Minsa en medio de una de las peores epidemias de dengue en la historia del Perú. Y cuando somos el país con más muertes por dengue por millón de habitantes en las Américas. “Tenemos antecedentes tristes”.
Era el sexto mes de 2023 y ya habían muerto más peruanos por dengue que en todo 2017, cuando un fenómeno costero de El Niño intensificó la expansión de esta enfermedad. Advertimos que, en los últimos dos años, el Minsa había dejado de realizar un riguroso control de vectores, que no es otra cosa que buscar casa por casa la presencia del mosquito ‘Aedes aegypti', transmisor de la dengue
Hoy ya tenemos la tasa de letalidad más alta de Sudamérica y, al cierre de la semana epidemiológica número siete, se habían registrado un 50% más de casos que en 2023, que ya era un récord histórico. Esto considerando que es probable que en las últimas semanas haya habido un subregistro en el sistema de vigilancia epidemiológica, lo que puede afectar las decisiones que se tomen.
¿Qué es el Ministerio de Salud ? Su titular, César Vásquez, ha indicado que Áncash, La Libertad, Ica y Piura serán declaradas emergencia sanitaria por casos de dengue , pero que el decreto saldría en las próximas semanas. ¡No podemos esperar! A estas alturas lo que resta es declarar lo más pronto posible la emergencia sanitaria nacional por la epidemia de dengue este año, para tener mayores recursos, evitar el colapso del sistema de salud salud y, sobre todo, evitar que aumenten las muertes.
Para variar, llegamos muy tarde: para las campañas de fumigación, para la vacunación, para el control preventivo. Lo que se requiere es garantizar atención médica a los infectados. El Minsa necesita definir cuál será la estrategia y cómo pretende enfrentar la ola de casos. Como tantas veces hemos repetido en este espacio: asumir de una vez por todas su papel como órgano rector del sector. salud . Vásquez ha indicado que se reforzará la respuesta del Gobierno central, de los ayuntamientos y de los gobiernos regionales, pero no sabemos cómo.
El 12 de febrero, el “New York Times” publicó un artículo titulado: “Brasil, en emergencia por la dengue presagia una crisis de salud En América”. Señaló que el Ministerio de Salud Brasil “tiene más de 4,2 millones de casos previstos para este año, por encima de los 4,1 millones de casos registrados por la Organización Panamericana de la Salud”. Salud en los 42 países de la región el año pasado”. Ante este escenario, nuestro vecino inició una campaña de emergencia para vacunar a los niños en las zonas con mayores índices o mayor riesgo de transmisión de dengue , pero llegó demasiado tarde para combatir el brote actual. Sin embargo, anuncia que el ensayo clínico de una vacuna probada en el Instituto Butantan, centro de investigación en salud pública de São Paulo, encontró que protegía al 80% de los vacunados contra el desarrollo de la enfermedad viral. dengue . Si el Gobierno brasileño lo aprueba, comenzarían a entregarlos en 2025. Eso espero.
Mientras tanto, coincido con el experto Pablo Tsukayama, doctor en microbiología molecular, quien en un reciente tuit señaló cómo el panorama actual de desbordamiento de la dengue “Nos obliga a buscar soluciones innovadoras y sostenibles para controlar” su transmisión. Y destacó algo fascinante: una “estrategia emergente para utilizar mosquitos infectados con Wolbachia, una bacteria que interfiere en la transmisión del coronavirus. dengue a los humanos”. Explicó que desde la primera liberación de estos mosquitos Wolbachia en Australia en 2011, la medida ha mostrado resultados prometedores en más de 50 ciudades de 13 países. “Estudios realizados en Indonesia y Brasil han informado de reducciones significativas en la incidencia de dengue demostrando que esta estrategia es segura, sostenible y efectiva”, afirma Tsukayama, coordinador del Laboratorio de Genómica Microbiana de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Existe amplia evidencia de que las temperaturas más altas como resultado del cambio climático y el fenómeno de El Niño aumentan la oviposición de los mosquitos Aedes, es decir, el proceso de puesta o expulsión de huevos. Esto aumenta la tasa de picaduras, disminuye el periodo de localización del virus dentro de ellos y expande su presencia a nuevos espacios, propagando el virus. Además, el Perú es un país endémico de dengue , por lo que la posibilidad de contagio siempre está presente. Sabemos cómo prevenir la enfermedad, cómo se manifiesta y cómo tratarla, pero nada de eso se hace. Las respuestas institucionales llegan tarde y, en consecuencia, son ineficientes. Una epidemia absolutamente evitable se convierte en una emergencia nacional. Una y otra vez. Muy frustrante. Esperemos que esto no suceda con los todavía pocos casos de sarampión que se han detectado en Lima.