SAO PAULO, 25 abr (Xinhua) -- La deforestación ilegal en las reservas indígenas de la Amazonia de Brasil avanzó un 129 por ciento entre 2013 y 2021, lapso en que generó la emisión de 96 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), con afectaciones al papel de la selva como "captor" de este compuesto, señaló un estudio difundido hoy martes por la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo (FAPESP, por sus siglas en portugués).
El estudio, publicado en la revista "Scientific Reports", indicó que el 59 por ciento de las emisiones correspondió a los últimos tres años analizados, es decir, entre 2019 y 2021, período en que se intensificó la devastación forestal.
La FAPESP detalló que la investigación científica contó con la participación de miembros de la Universidad de Sao Paulo, la Universidad Federal de Maranhao y el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, siglas en portugués).
De acuerdo con el estudio, la deforestación en tierras indígenas federales alcanzó un área de 1.708 kilómetros cuadrados, equivalentes al 2,38 por ciento tenido en la Amazonia brasileña en el período.
La investigación analizó 232 áreas de tierras indígenas con un aumento en la tasa de devastación del 195 por ciento entre 2019 y 2021.
La devastación ilegal penetró casi nueve kilómetros por año en promedio dentro de las fronteras de las tierras indígenas, áreas en que está prohibida la actividad económica sin autorización.
"Además de la pérdida de bosques, la deforestación también sirve como vector de otros problemas al interior de estas áreas, como propagación de enfermedades y amenazas a la supervivencia de los pueblos indígenas aislados", expresó el profesor del Programa de Posgrado en Biodiversidad y Conservación de la Universidad Federal de Maranhão, Celso Silva.
"Un caso reciente es el del pueblo Yanomami, donde hubo varias muertes de indígenas tras la entrada de buscadores de oro", sostuvo el profesor.
El documento señaló que la deforestación en tierras indígenas afecta también la lucha contra el cambio climático.
"Los bosques tropicales como la Amazonia son uno de los ecosistemas más importantes para mitigar el cambio climático. Pero pueden funcionar como una calle de doble sentido, absorbiendo carbono mientras crecen (...) y liberando gases cuando se degradan o deforestan, de ahí la importancia de la conservación", agregó.
En igual sentido se pronunció uno de los coautores del estudio, Guilherme Mataveli, quien integra la División de Observación de la Tierra y Geoinformática del INPE.
Mataveli aseveró que las tierras indígenas son "esenciales" para que Brasil pueda cumplir con las metas ambientales que buscan reducir los impactos del cambio climático, al poseer el país sudamericano el 60 por ciento del territorio de la selva amazónica. Fin