La fisura labio palatina es la malformación craneofacial más frecuente al nacer y afecta a uno de cada 800 bebés. Una investigación reciente reveló qué aspectos inciden en su desarrollo
La Fisura Labio Palatina (FLAP), llamada de manera coloquial como labio leporino , se presenta cuando durante el desarrollo fetal no se produce una correcta fusión de ciertas partes y estructuras faciales. A nivel global, aproximadamente uno de cada 800 nacidos vivos puede tener esta anomalía que causa consecuencias devastadoras, ya que los niños pueden experimentar dificultades para alimentarse, hablar y oír, y pueden tener un mayor riesgo de infecciones de oído y problemas dentales.
Ahora, por primera vez, un estudio científico reveló cómo los factores genéticos y ambientales se unen para formar un labio leporino o un paladar hendido en un feto en desarrollo. La investigación del Centro de Estudios del Genoma Humano y Células Madre (CEGH-CEL) de la Universidad de San Pabl o, Brasil, en colaboración con el University College London (UCL) fue publicada en Nature Communications
El autor principal del estudio, el profesor Roberto Mayor (Biología Celular y del Desarrollo de la UCL), declaró: “Se sabe desde hace tiempo que existe un componente genético en el labio leporino, y que algunos factores ambientales como el tabaquismo, el estrés, las infecciones y la malnutrición durante el embarazo también pueden aumentar el riesgo. Ahora, hemos demostrado por primera vez cómo actúan conjuntamente estos dos factores , y por qué son necesarios tanto los factores de riesgo genéticos como los ambientales para que un niño nazca con labio leporino.”
En palabras del doctor Lucas Alvizi, del departamento de Biología Celular y del Desarrollo, University College London y primer autor del estudio: “Nuestra investigación es la primera que demuestra con detalle cómo los factores genéticos y ambientales se combinan para causar un defecto congénito , a la vez que es un ejemplo notable de epigenética, ya que los factores ambientales influyen en la expresión de un gen”.
La voz de los expertos
“Cada vez que nace en una familia un bebé con estas características, muchos lo consideran una catástrofe, porque es de las patologías que acarrean problemas emocionales psicológicos a la familia entera. Los padres se cuestionan qué hicieron mal, por qué si son sanos, deportistas, y se alimentan bien ocurrió algo así”, dijo a Infobae el especialista mexicano Fernando Molina Montalva, profesor de cirugía plástica reconstructiva y miembro del Consejo Médico Asesor de Smile Train.
El experto fue disertante en el año pasado del primer curso de simulación quirúrgica en fisura de labio y paladar en Sudámerica , una capacitación brindada por la Fundación Garrahan junto a Smile Train , una ONG de alcance global. El objetivo del seminario fue que los cirujanos plásticos infantiles en formación adquieran habilidades a través de simuladores de última generación antes de realizar una cirugía en el paciente.
Por lo general, un niño afectado por esta malformación suele necesitar al menos dos intervenciones quirúrgicas a lo largo de su vida , según precisó el especialista mexicano. La primera operación se realiza entre los 3 y 6 meses de edad, y tiene como objetivo llevar a cabo la reparación inicial del labio, la corrección de la nariz y la parte anterior del paladar. La segunda cirugía se lleva a cabo entre los 12 y 18 meses, y se enfoca en la reconstrucción de los músculos faciales que el niño utilizará para hablar, comer y tragar.
“La reconstrucción no solamente implica el aspecto estético, mejora problemas funcionales fundamentales como la alimentación, la respiración y el desarrollo correcto del lenguaje”, agregó el cirujano Molina Montalva.
Por su parte, el doctor Juan Carlos Rodríguez, jefe de Cirugía Plástica del Hospital Garrahan , dijo a Infobae que esta técnica innovadora permite reducir las posibilidades de complicaciones, disminuir el tiempo en el quirófano y además, disminuir el estrés que puede experimentar el cirujano al enfrentarse por primera vez a la cirugía de un paciente pediátrico con labios de dimensiones muy pequeñas. Esto implica que se requiere una gran precisión en los trazos quirúrgicos.
Realizar una cirugía reconstructiva en un bebé de 3 ó 6 meses es un gran desafío médico, implica trazos milimétricos que marcan la diferencia estética y de salud. “Durante el primer procedimiento quirúrgico en el paciente hay que tratar de evitar la mayor cantidad de complicaciones posibles, el mínimo de daño posible”, indicó Rodríguez, porque esto evita dificultadas y cirugías secundarias en los pacientes.
¿Cuál es la causa de la formación del labio leporino?
Los investigadores, estaban estudiando familias portadoras de mutaciones en el gen de la e-cadherina , que se sabe que está implicado en el Fisura Labio Palatina , pero observaron que no todas las personas con la mutación desarrollan la malformación.
Para el análisis, reprodujeron esta mutación en ratones y ranas, lo que generó malformaciones similares a las del labio leporino en humanos, pero sólo cuando los ratones y ranas portadores de la mutación también estaban expuestos a factores ambientales causantes de inflamación.
Los investigadores también descubrieron efectos similares en células madre humanas con la mutación y la inflamación. La proteína e-cadherina desempeña un papel en el desarrollo fetal, ya que las células de la cresta neural -las células madre embrionarias que forman los rasgos faciales- se unen para formar la cara. Para ello es necesario que la e-cadherina actúe como “pegamento” entre las células
Si las dos mitades de las células de la cresta neural no se unen completamente, el niño nace con labio leporino o paladar hendido. La mutación identificada por los investigadores reduce la producción de la proteína e-cadherina, ya que la metilación del ADN reduce la transcripción, pero descubrieron que la mutación por sí sola no reducía los niveles de e-cadherina lo suficiente como para causar labio leporino.
Sólo cuando un feto con la mutación se exponía además a factores de riesgo ambientales que provocan inflamación en todo el organismo (como el tabaquismo, el estrés, la desnutrición o las infecciones), aumentaba la metilación del ADN y los niveles de e-cadherina eran demasiado bajos para que las células de la cresta neural se unieran y formaran por completo el labio y el paladar.
Los investigadores esperan que sus hallazgos contribuyan al desarrollo de nuevos tratamientos o estrategias preventivas del labio leporino o el paladar hendido, y aclaren los factores de riesgo para ayudar a las personas a reducir las probabilidades de que su bebé desarrolle esta afección.
El profesor Mayor afirmó: “ Las pruebas para detectar esta mutación podrían formar parte de la atención prenatal , de modo que si alguien es portador de la mutación, se le aconsejaría tomar medidas para reducir el riesgo de inflamación que podría combinarse con el factor genético y dar lugar a un labio leporino.Además de abordar factores como el tabaquismo, la prescripción de antiinflamatorios también podría ayudar a las embarazadas de riesgo”.