El SARS-CoV-2 puede permanecer en el organismo por un tiempo superior al de la cuarentena recomendada.
En el organismo de un hombre de 38 años que tuvo durante 20 días síntomas leves de COVID-19, el nuevo coronavirus siguió siendo detectable por 232 días y sufriendo mutaciones. Si no se hubiese sometido a un seguimiento médico constante, manteniendo distanciamiento social y usando mascarilla, esta persona podría haber diseminado el patógeno durante más de siete meses.
Este caso atípico de infección provocada por el SARS-CoV-2 en un individuo forma parte de un grupo de 38 pacientes brasileños sometidos a un seguimiento semanal al comienzo de la pandemia a cargo de investigadores de la Plataforma Científica Pasteur-USP (PCPU). Dichos pacientes fueron monitoreados hasta que dos o tres test consecutivos de RT-qPCR dieran negativo.
Este estudio, apoyado por la FAPESP y publicado en la revista Frontiers in Medicine, constituye un alerta al respecto del riesgo de dar alta a pacientes con COVID-19 al cabo de siete, diez o incluso 14 días del test positivo, tal como preveían los protocolos iniciales de combate contra el COVID-19. Asimismo, refuerza la necesidad de la vacunación y de mantener el distanciamiento social y el uso de mascarillas.
André Julião | FAPESP