Los profundos cambios que sufre el organismo de la mujer durante el embarazo afectan a su metabolismo y a la microbiota intestinal, la diversa comunidad de microorganismos (bacterias, arqueas, hongos y virus) que habitan el tracto digestivo. Un estudio realizado con 34 embarazadas brasileñas descubrió que ciertas alteraciones de la microbiota intestinal están asociadas con diferentes intensidades de síntomas depresivos. Un artículo sobre el proyecto de investigación se publica en la Revista Brasileña de Psiquiatría.
En el estudio, realizado por investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, las mujeres embarazadas con síntomas más intensos de depresión tenían mayores cantidades de enterobacterias, muchas de las cuales son responsables de infecciones e inflamación, además de modular neurotransmisores clave que afectan el sistema nervioso central.
Cuando estas mujeres fueron derivadas a tratamiento psiquiátrico y sus síntomas de depresión mejoraron, su microbiota intestinal acompañó esta evolución psíquica al contener más bifidobacterias, bacterias saludables que ayudan a digerir la fibra y a prevenir infecciones, entre otras cosas.
El estudio es el primero de su tipo que involucra a mujeres embarazadas en Brasil. Los hallazgos son similares a los de investigaciones anteriores realizadas en otros países sobre la relación entre las enfermedades mentales y la microbiota intestinal. El artículo informa los resultados iniciales de un proyecto más amplio que investigará el papel de la microbiota intestinal en enfermedades específicas del período gestacional, como la preeclampsia.
Las voluntarias que participaron en el estudio se encontraban en el tercer trimestre de embarazo y asistían al hospital universitario (HU-USP) para recibir atención prenatal. Se utilizó la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo como herramienta de detección para dividir a las participantes en dos grupos: uno sin síntomas depresivos o con síntomas leves; y el otro con síntomas moderados a severos. Se recogieron muestras de heces maternas para análisis de la microbiota en tres ocasiones: en el tercer trimestre, un día o dos después del nacimiento del bebé y un mes después.
Los problemas de salud materna pueden afectar el desarrollo neurológico del feto y dar lugar a bebés prematuros o con bajo peso y desnutrición. El vínculo entre la microbiota intestinal y la depresión gestacional era de esperar, añadió, y el estudio demostró que puede ser una vía de doble sentido en el sentido de que cada factor influye en el otro.
Fuente: MedicalXPress