Un descubrimiento inquietante ha sido realizado por un equipo de científicos en una isla remota: rocas de plástico. El plástico y los nanoplásticos han invadido todos los rincones de la Tierra, incluso en la Antártida, en el aire y hasta en el agua de lluvia.
Hay pocos lugares en la Tierra tan aislados como la isla de Trinidad, un afloramiento volcánico a tres o cuatro días en barco de la costa de Brasil.
Así que la geóloga Fernanda Avelar Santos se sobresaltó al encontrar un signo inquietante del impacto humano en el paisaje, por lo demás virgen: rocas formadas por la superabundancia de contaminación plástica que flota en el océano.
Santos encontró las rocas de plástico por primera vez en 2019, cuando viajó a la isla para investigar su tesis doctoral sobre un tema completamente diferente: deslizamientos de tierra, erosión y otros “riesgos geológicos”.
Estaba trabajando cerca de una reserva natural protegida conocida como Turtle Beach, la mayor zona de cría del mundo para la tortuga verde en peligro de extinción, cuando se encontró con un gran afloramiento de las peculiares rocas de color azul verdoso.
Intrigada, se llevó algunas a su laboratorio tras dos meses de expedición.
Al analizarlas, ella y su equipo identificaron los especímenes como un nuevo tipo de formación geológica, que fusionaba los materiales y procesos que la Tierra ha utilizado para formar rocas durante miles de millones de años con un nuevo ingrediente: la basura plástica.
AFP explica:
“Llegamos a la conclusión de que el ser humano actúa ahora como agente geológico, influyendo en procesos que antes eran completamente naturales, como la formación de rocas. Encaja con la idea del Antropoceno, de la que los científicos hablan mucho estos días: la era geológica en la que los seres humanos influyen en los procesos naturales del planeta. Este tipo de plástico similar a la roca se conservará en el registro geológico y marcará el Antropoceno”.
Isla paradisíaca
El hallazgo la dejó “perturbada” y “molesta”, dijo Santos, profesora de la Universidad Federal de Paraná, en el sur de Brasil.
Describe isla de Trinidad como “un paraíso”: una hermosa isla tropical cuya lejanía la ha convertido en refugio de todo tipo de especies: aves marinas, peces que sólo se encuentran allí, cangrejos casi extinguidos, la tortuga verde.
La única presencia humana en la isla del Atlántico Sur es una pequeña base militar brasileña y un centro de investigación científica.
Santos afirma:
“Es maravilloso. Por eso fue aún más horrible encontrar algo así, y en una de las playas ecológicamente más importantes”. “Rocas plásticas”, rocas formadas a partir del exceso de contaminación plástica que flota en el océano, encontradas en septiembre de 2022 en la isla Trindade, estado de Espirito Santo, Brasil.
Volvió a la isla a finales del año pasado para recoger más especímenes y profundizar en el fenómeno.
Siguiendo con su investigación, descubrió que desde 2014 se habían detectado formaciones de plástico similares en lugares como Hawaii, Gran Bretaña, Italia y Japón.
Pero la isla de Trinidad es el lugar más remoto del planeta en el que se han encontrado hasta ahora, dijo.
Teme que, a medida que las rocas se erosionen, filtren microplásticos al medio ambiente y contaminen aún más la cadena alimentaria de la isla.
Cambio de paradigma
El estudio de ella y su equipo, publicado en septiembre en la revista Marine Pollution Bulletin, clasifica las nuevas “rocas” encontradas en todo el mundo en varios tipos: “plastiglomerados”, similares a las rocas sedimentarias; “piroplásticos”, similares a las rocas clásticas; y un tipo no identificado hasta ahora, las “plastistonas”, similares a las rocas ígneas formadas por flujos de lava.
El equipo explicó:
“La contaminación marina está provocando un cambio de paradigma en los conceptos de formación de rocas y depósitos sedimentarios. Las intervenciones humanas son ahora tan omnipresentes que uno tiene que cuestionarse qué es verdaderamente natural”. La investigadora Fernanda Avelar Santos mira a través de un microscopio junto a la también investigadora Giovana Diorio de la Universidad Federal de Paraná.
Descubrieron que el principal ingrediente de las rocas descubiertas por Santos eran restos de redes de pesca. Pero las corrientes oceánicas también han arrastrado hasta la isla abundantes botellas, residuos domésticos y otros desechos plásticos procedentes de todo el mundo, explicó. Santos afirma que tiene previsto centrar su investigación en este tema.
Santo agrega:
“isla de Trinidad es el lugar más virgen que he visto nunca. Ver lo vulnerable que es a la basura que contamina nuestros océanos demuestra lo omnipresente que está el problema en todo el mundo”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Marine Pollution Bulletin.