En el estudio se arriba a la conclusión de que las emisiones globales de carbono se ubicaron un 16 % por encima de la media.
Los cambios climáticos incrementaron al menos tres veces las probabilidades de que se plasmasen las condiciones favorables al surgimiento de incendios forestales sin precedentes en Canadá y hasta 20 veces en la Amazonia Occidental entre marzo de 2023 y febrero de 2024, con el consiguiente aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, causando devastación ambiental y provocando muertes de habitantes.
En el marco de una investigación internacional dada a conocer el pasado 14 de agosto, se arriba a la conclusión de que, pese a que el área global quemada se ubicó cerca del promedio de los años anteriores –alrededor de 3,9 millones de kilómetros cuadrados, mayor que el territorio de la India–, las emisiones provocadas por los incendios en el mundo fueron un 16 % mayores que la media. Totalizaron 8.600 millones de toneladas de dióxido de carbono (Gt CO2): la séptima cifra desde el año 2003.
El primer informe State of Wildfires, que pasará a ser anual, salió publicado en la revista científica Earth Systen Science Data. En él se analizan los incendios forestales (con vegetaciones y ecosistemas diversos) y se identifican eventos extremos. A su vez, se examinan sus causas, la previsibilidad y la adjudicación de esos eventos a los cambios climáticos y a los usos de la tierra, consignando riesgos futuros en distintos escenarios.
A tal fin, se desarrollaron herramientas y se recabaron datos de todos los países mediante la aplicación de inteligencia artificial, con miras a entender y prever incendios extremos para suministrar información práctica a los tomadores de decisiones y a la sociedad. Y se encuentra disponible online un panel con los resultados.
De acuerdo con la investigación, la “temporada” de incendios en la Amazonia Occidental (que incluye a los estados brasileños de Amazonas, Acre, Roraima y Rondônia) estuvo impulsada por las sequías prolongadas relacionadas con El Niño. Estas sequías, aliadas a las condiciones meteorológicas, explicaron el 68 % de los incendios, pero las acciones antrópicas, tales como el desmonte, la agricultura y la fragmentación de paisajes naturales, también tuvieron su influjo. En términos generales globales, las causas que llevaron a los incendios fueron múltiples.
Encabezado por la Universidad de East Anglia, el Met Office y el Centro de Ecología e Hidrología (UKCEH), todas instituciones del Reino Unido, y por el Centro Europeo para Pronósticos Meteorológicos a Mediano Plazo (ECMWF), este estudio contó con la participación de tres científicos brasileños entre sus 44 investigadores.
“La idea fue diseñar un panorama global al congregar a expertos regionales para destacar la situación del fuego en el mundo. Fue importante reunir esa capacidad regional, con un equipo diverso tanto de países como de áreas de conocimiento. Otro punto interesante reside en la actualización rápida de los datos del año anterior, con un desarrollo continuo de los modelos. Así esperamos tener anualmente pronósticos y diagnósticos más robustos para su acceso no solamente en términos de investigación, sino también para pensar estrategias con miras a hacer frente a los impactos”, le explica a Agência FAPESP Maria Lucia Ferreira Barbosa, una de las brasileñas que firman el artículo. La científica cursó su doctorado en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) de Brasil y actualmente se desempeña en la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar).
Por su parte, la bióloga Liana Anderson, investigadora del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturais (Cemaden) de Brasil y también autora del trabajo, pone de relieve la importancia de “entender el pasado y el presente para pensar formas de prevención con la mira puesta en el futuro”. “Al observar las regiones en el transcurso del tiempo es posible detectar nuevos focos de atención. Contamos con una base de datos abierta, pública, accesible y online, lo que permite que se lleven a cabo distintos tipos de investigación para dar cuenta de una infinidad de cuestiones. Necesitamos entender qué significa el fuego en términos de barreras para alcanzar las metas del desarrollo socioeconómico y ambientales en Brasil y las consecuencias de las quemas sobre la pérdida de biodiversidad, el empobrecimiento de la población y la seguridad alimentaria, por ejemplo.”
Al abordar América del Sur en la investigación, el grupo de científicos señala que en general en la región se registró una extensión de incendios algo menor que la media. Pero el estado de Amazonas constituyó una excepción, con una cantidad de incendios que alcanzó niveles récords debido a la sequía histórica, con impactos severos sobre la calidad del aire.