Brasil, el segundo país más castigado del mundo por el coronavirus, registró este sábado 892 nuevas muertes y se acerca a las 43.000 víctimas fatales por la pandemia.
En total son 42.720 los fallecidos, sobre un total de 850.514 casos positivos confirmados. En relación con el informe que el ministerio de Salud dio a conocer el viernes, se registraron 21.704 nuevos contagios.
Según esa cartera, se han recuperado hasta la fecha 379.245 pacientes, lo que representa un 44,6% del total.
Los datos muestran que el coronavirus sigue su expansión por el interior de este país de 210 millones de habitantes, que el viernes superó al Reino Unido como el segundo país con más decesos, por detrás de EE.UU.
Ya hay al menos un caso en el 82% de los 5.570 municipios del país, según las secretarías de Salud de los 27 estados brasileños.
San Pablo, el estado más rico y poblado del país con 46 millones de habitantes, sigue siendo la región más afectada por la COVID-19, con 10.581 muertes y 172.875 contagios.
Por detrás se encuentra Río de Janeiro, que hasta este sábado registraba 7.592 muertes y 78.836 infectados.
Un estudio elaborado por científicos apoyados por la Fundación de Amparo a la Pesquisa del Estado de San Pablo (Fapesp) indicó además que el patógeno ya se había diseminado por Brasil antes de que los estados y municipios adoptaran medidas de distanciamiento social a mediados de marzo.
Tres meses después y aún a la espera del pico de la curva epidemiológica, y con el número de casos y muertes en fase creciente, varios gobernadores y alcaldes, entre ellos los de San Pablo y Río de Janeiro, iniciaron un arriesgado plan de desescalada.
No obstante, otras grandes ciudades brasileñas, como Porto Alegre (sur), han tenido que dar marcha atrás a sus planes de reapertura económica ante el rápido incremento de las hospitalizaciones.
Fuente: Clarín