Brasilia, 02 de marzo de 2021.- La presencia de la pandemia en Brasil sigue en plena aceleración, con un nuevo récord de mil 641 muertos en las últimas 24 horas, dieron a conocer autoridades, donde los hospitales de varios de los estados se cuentan al borde del colapso, que de acuerdo al balance se ve superado por los Estados Unidos con 257 mil 361 decesos, señaló el Ministerio de Salud.
El país de la samba se aproxima al colapso de su sistema público de salud, con más de la mitad de los estados al límite de su capacidad, mientras crece la presión para que el presidente Jair Bolsonaro tome medidas drásticas para contener los contagios en el país.
El país vive su peor momento desde que registrara el primer contagio del virus el 26 de febrero de 2020, coincidiendo además con la irrupción de la variante amazónica, más transmisible, según estudios preliminares.
Desde noviembre pasado, la curva de casos y fallecidos crece de forma preocupante, pero ha adquirido tintes dramáticos en los últimos 40 días, periodo durante el cual la media diaria de muertes asociadas a la Covid-19 no ha bajado del millar. Brasil es, junto a Estados Unidos y México, uno de los países más afectados por el coronavirus, al contabilizar casi 256 mil fallecidos y 10.6 millones de casos, según el Ministerio de Salud.
Camas de cuidados intensivos, cerca de entrar en colapso
Si en la primera ola la evolución de la pandemia en este país de dimensiones continentales y con 212 millones de habitantes era heterogéneo, en esta segunda, más virulenta y letal, el covid-19 ha puesto en jaque a más de la mitad del país al mismo tiempo.
El índice de ocupación de las unidades de cuidados intensivos del sistema público sanitario supera el 80 por ciento en 18 de los 27 estados brasileños, con un matiz: son cada vez más los jóvenes con cuadros graves.
“El riesgo de colapso existe y ya lo estamos observando en varias regiones del país”, afirmó el médico Carlos Starling, consultor científico de la Sociedad Brasileña de Infectología (SBI).
El estado de Amazonas, donde surgió la nueva variante y cuya estructura hospitalaria ha sido históricamente precaria, vio desbordado su sistema sanitario en cuestión de semanas. Faltó hasta oxígeno. Desde entonces, cientos de pacientes con Covid-19 fueron trasladados a otros puntos del país para recibir tratamiento.
La perspectiva no es buena. Lo que vimos en Manaus ciertamente lo vamos a ver en otras regiones de Brasil”, advierte Starling.
En diciembre había 12 mil 003 camas de Cuidados Intensivos para la covid-19 financiadas por el Gobierno; en enero, 7 mil 717, y en febrero, que acabó como el segundo mes con más muertes por covid en Brasil, 3 mil 187, según datos del Consejo Nacional de Secretarios de Salud (Conass).
Aumenta la presión sobre Bolsonaro por gestión de la pandemia
La entidad, que reúne a los 27 responsables regionales de las áreas de salud, exigió en la víspera la adopción de “medidas inmediatas” a nivel nacional para hacer frente “al peor momento de la crisis sanitaria”.
Pidieron un toque de queda nocturno en todo el país, el cierre de bares y playas y la suspensión de actividades presenciales educativas y deportivas, así como de conciertos, congresos y actos religiosos.
El presidente Bolsonaro, que se niega a reconocer la gravedad de la pandemia y acostumbra a criticar cualquier tipo de restricción, aún no se ha hecho eco públicamente de ese llamado, pero sí lo ha hecho el vicepresidente, Hamilton Mourao.
La variante brasileña puede sortear la vacuna de Sinovac En la última semana se han publicado tres estudios preliminares que advierten de la peligrosidad de este nuevo linaje, que parece ser más transmisible, infecta con una carga viral hasta diez veces mayor, y es capaz de sortear los anticuerpos generados por una persona previamente contagiada.
Además, científicos de la Universidad de Sao Paulo (USP) y la Universidad de Campinas (Unicamp) sugirieron que la variante P.1 puede escapar de los anticuerpos que genera una vacuna desarrollada a partir del virus inactivado, como la del laboratorio chino Sinovac, la más utilizada en Brasil.
Eso significa que cinco meses después de la vacunación, la persona podría infectarse de nuevo, pero no necesariamente tendrá un cuadro grave, pues los anticuerpos producidos no son el único factor de protección de la vacuna”, indicó José Luiz Proença Modena, profesor de virología de Unicamp y coordinador de la investigación, apoyada por la Fundación de Amparo a la Pesquisa de Sao Paulo (Fapesp).