Las reglas que se siguen en el HC-FM-USP se encuentran en consonancia con una recomendación de protocolo de atención de pacientes bajo sospecha de infección por coronavirus en hospitales públicos y privados del estado de São Paulo, anunciada en conferencia de prensa el día 17 de marzo en la Secretaría de Salud del Estado.
São Paulo confirmó el martes de la semana pasada la primera muerte causada por la enfermedad en Brasil. Ese mismo día se registraron otros cuatro casos de muertes bajo sospecha de estar relacionadas con el nuevo virus también en la capital paulista.
Dichos casos deben confirmarse o desestimarse mediante la aplicación de test de diagnóstico, que ya se realizan en el propio hospital particular en donde los pacientes fallecieron, según explicó Paulo Rossi Menezes, docente de la Facultad de Medicina de la USP y director de la Coordinación de Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud del Estado de São Paulo.
“Ya se han recabado muestras de tejidos de esos cuatro pacientes y estamos aguardando los resultados de los estudios. Los casos de muertes confirmadas por infección por coronavirus no se enviarán al Servicio de Verificación de Óbito [SVO]”, dijo Rossi. Después de una semana, el 24 de marzo, el estado ya registraba 40 casos de muertes confirmadas por COVID-19.
De acuerdo con Saldiva, la extracción de muestras de tejidos de pacientes cuya muerte fue provocada por COVID-19 en São Paulo mediante el empleo de estas técnicas de autopsia mínimamente invasiva permite expandir el conocimiento sobre la biología de la enfermedad. “La idea es crear también un biorrepositorio de tejidos que pueda emplearse para investigaciones orientadas a entender los mecanismos de la infección y perfeccionar el diagnóstico", añadió.
Estas mismas técnicas se aplicaron en la realización de autopsias de casos de muertes por fiebre amarilla en São Paulo en el año 2018. Los investigadores realizaron más de 60 autopsias de casos sospechosos de muerte por fiebre amarilla en São Paulo durante dicho año.
“Contamos con la mayor serie de casos de autopsias de pacientes muertos por fiebre amarilla en un área urbana en el mundo”, afirmó Saldiva. Durante el brote de fiebre amarilla, en 2018, los investigadores también validaron el uso de estas técnicas para el control epidemiológico.
Con un aparato de ecografía portátil adquirido con recursos de la FAPESP, que posee el tamaño de una tablet y que es utilizado por el Ejército de Estados Unidos en los campos de batalla, los investigadores fueron hasta los lugares con registros de muertes atribuidas a la fiebre amarilla para obtener imágenes de órganos de cadáveres y extraer pequeñas muestras de tejidos, a los efectos de confirmar el diagnóstico en laboratorio antes incluso del retiro de los cuerpos.
“La utilización de estas técnicas en casos de enfermedades de alta contagiosidad como el COVID-19 permite obtener material de investigación sin poner en riesgo a los profesionales de la salud. Asimismo, no requiere de una inversión en una estructura de sala de autopsias con alto nivel de seguridad”, dijo Saldiva. (Fuente: AGENCIA FAPESP/DICYT)