El Covid-19 prolongado consiste en la persistencia de los síntomas del virus a largo plazo. Con tal de analizar como esta patología influye en la dinámica de deportistas tanto amateurs como profesionales, la Universidad de Sao Pablo ha publicado un estudio que recopila datos de otras 43 investigaciones previas. En él, se analizan las consecuencias del coronavirus en practicantes habituales de deporte, concluyendo que alrededor del 8 % de los pacientes tenían síntomas persistentes que afectaban a su rendimiento, llegando incluso a impedir que volvieran a entrenar y competir.
El análisis se llevó a cabo sobre una muestra de unos 11.500 deportistas, tanto de alto rendimiento como aficionados. “El artículo ofrece un compendio real sobre el tema y puede ser utilizado como guía por los profesionales que brindan atención médica a los atletas”, ha declarado Bruno Gualano, investigador principal del estudio.
Proporciones similares al resto
Tal como recoge la observación, el 74 % de los atletas presentaron síntomas durante la etapa aguda del contagio, entre los cuales destacaron la pérdida de olfato y/o gusto, fiebre o escalofríos, dolor de cabeza, fatiga y tos. Contrariamente, solo el 1,3 % de la muestra derivó a una versión más grave del virus, una proporción similar a la del resto de la población.
No obstante, según palabras de Gualano, los hallazgos más relevantes de la investigación se centran en "lo que sucede después de la etapa aguda". Entre el 3,8 % y el 17 % de los atletas involucrados tenían síntomas persistentes, mientras que el 3 % desarrolló intolerancia al ejercicio. " Idealmente, los deportistas deben ser evaluados cuidadosamente, y si hay síntomas persistentes, puede ser necesario asegurarse de que el entrenamiento sea ligero por un tiempo, o incluso retrasar la reanudación hasta que se resuelvan todos los síntomas”, recomienda el experto.
Pese a que artículos previos constataban la relación entre el Covid-19 y un mayor riesgo de sufrir miocarditis para los atletas, la presente investigación no apoya dichos resultados: “En los estudios que incluyeron un grupo de control, no pudimos encontrar una relación causal entre la infección y los problemas cardíacos" ha afirmado el investigador
"Sin embargo, la falta de evidencia no significa que no exista tal relación. Se necesita más investigación sobre este asunto”, añade Gualano.