SAO PAULO, 20 October 2024 /PRNewswire Policy/ -- Una investigación realizada por el Instituto de Geociencias de la Universidad Estadual de São Paulo (Unesp), en Río Claro, ha revelado que la recarga del acuífero Guaraní es insuficiente para mantener sus niveles actuales. Este acuífero, que abastece a 90 millones de personas y cubre áreas del sur y sureste de Brasil, además de Paraguay, Uruguay y Argentina, es clave para mantener los niveles de ríos y lagos en São Paulo durante la temporada seca.
En una entrevista con Agência Brasil, Didier Gastmans, investigador del Centro de Estudios Ambientales de Unesp, explicó que el estudio analizó el rol de las lluvias en la recarga del acuífero en las zonas de afloramiento. Desde que comenzó a estudiar el tema en 2002 durante su doctorado, Gastmans ha observado un patrón preocupante: la sobreexplotación del acuífero se agrava constantemente debido al cambio en la distribución de las precipitaciones en estas áreas críticas. Este problema afecta de manera significativa a regiones como Ribeirão Preto, en el norte de São Paulo, una zona de alta producción agrícola y densamente poblada, donde los primeros efectos comenzaron a manifestarse en la década de 1990. "El número de pozos ha crecido considerablemente, lo que está causando estrés hídrico en diversas zonas del estado", afirmó Gastmans.
Los efectos de la sobreexplotación son evidentes en el monitoreo de pozos y en el descenso de los niveles de agua, especialmente cerca de las áreas de afloramiento, donde las reducciones alcanzan entre dos y tres metros en promedio. Los grandes pozos industriales y agroindustriales también muestran descensos de entre 60 y 70 metros en un período de diez años. "Conforme baja el nivel del agua en los pozos, se requiere perforaciones más profundas y el uso de bombas más potentes. Esto afecta principalmente a los grandes productores y sistemas públicos de abastecimiento, mientras que los pequeños productores cercanos a los afloramientos ya están sufriendo las consecuencias", explicó.
En algunos lugares, la caída del nivel del agua ha llegado a 100 metros, lo que es significativo, dado que el acuífero Guaraní tiene un grosor de 450 metros y puede extenderse hasta profundidades de 1 kilómetro. La mayor parte del agua extraída del acuífero se destina al abastecimiento urbano, con un 80% concentrado en el estado de São Paulo.
Un factor adicional de preocupación a corto plazo es la concentración de las lluvias en las áreas de recarga superficial. Esto limita la infiltración de agua al subsuelo y aumenta la escorrentía. Además, el aumento de las temperaturas medias en estas regiones ha incrementado las tasas de evaporación, agravando aún más la situación.
Monitoreo
Gastmans criticó la falta de un plan de acción claro por parte de las autoridades. Señaló que el primer paso es identificar a los usuarios de los recursos hídricos y establecer un sistema de monitoreo casi en tiempo real para fundamentar políticas a corto y mediano plazo. También destacó la necesidad de integrar la gestión de las aguas subterráneas y superficiales para optimizar su uso según la disponibilidad estacional.
"Debemos anticiparnos a los problemas futuros, ya que todo proyecto de desarrollo tiene repercusiones. No podemos seguir ignorando esto", advirtió Gastmans. Además, subrayó la importancia de priorizar el agua de mayor calidad para el suministro público, dejando el agua de menor calidad para usos como el riego agrícola y aplicaciones industriales.
La Agencia de Aguas del Estado de São Paulo (SP Águas) aseguró a Agência Brasil que supervisa todos los estudios relacionados con la recarga del acuífero Guaraní. El órgano destacó que la gestión del acuífero se realiza de forma integrada con otros recursos hídricos para equilibrar las demandas de uso y la preservación ambiental.
Aunque la mayor parte de la extracción de agua en São Paulo proviene de fuentes superficiales, como ríos y lagos, los pozos profundos que explotan el acuífero Guaraní representan una pequeña proporción. "Toda extracción de agua en el estado requiere un permiso, que sólo se concede tras un riguroso análisis técnico", informó SP Águas.
Origen del agua
La investigación de la Unesp, con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de São Paulo (Fapesp), utilizó isótopos estables de hidrógeno y oxígeno para rastrear el origen del agua que recarga el acuífero Guaraní. También se utilizaron isótopos de criptón y helio para datar muestras de agua de varios pozos, revelando edades que van desde los 2.600 años en Pederneiras hasta los 720.000 años en Paraná, pasando por 127.000 años en Bebedouro y 230.000 años en Ribeirão Preto.
SOURCE Agência Brasil - Empresa Brasil de Comunicação S/A - EBC